Nada más doctorarse en la Universidad de Zaragoza, Pilar Bustos Sanmamed, bióloga de 32 años originaria de Salamanca, ganó una beca Marie Curie para irse a Francia. Era el 2011. Se trata de unas becas europeas muy competitivas, que requieren que quien las recibe sea capaz de dirigir un proyecto de investigación. "No es común que te asignen una sin más experiencia que el doctorado", explica Pilar. "Todo el mundo me decía que no tendría demasiados problemas para volver a España", dice.

Pilar estudia uno de los factores que afectan más a la productividad del campo: el estrés que padecen las plantas. En sus estudios doctorales, investigó los efectos de la salinización en las leguminosas, con aplicaciones potenciales en el cultivo de lentejas, garbanzos y otras legumbres. Mientras que en los trabajos de la tesis se centró en los aspectos bioquímicos del problema, durante el posdoctorado en el CNRS francés (similar al CSIC español) analizó el asunto desde el punto de vista genético. Su trabajo ha derivado en 10 publicaciones en las principales revistas.

Al acercarse el fin del contrato, a final de este año, la bióloga dirigió su búsqueda de oportunidades laborales hacia España. "Pero fue inútil: no encontré ninguna oportunidad", explica. Entonces se orientó hacia otros países, entre ellos Argentina, donde ha encontrado un grupo interesado en encargarle una investigación. "Ocurre lo contrario que ocurrió en los 90, cuando los investigadores argentinos buscaban opciones en España. Me dicen que entonces era muy raro que un europeo fuera a su país, pero ahora los papeles se han invertido", concluye Pilar.