"Los que estamos aquí somos la prueba de que cada vez hay menos lacayos y menos ganas de reírles las gracias". En el grupo de WhatsApp El club de la lucha que durante unas horas unió a una treintena de afiliados críticos con la dirección de Ciudadanos se mezclaban las reivindicaciones de transparencia y democracia interna con las críticas de brocha gorda, según las capturas de pantalla a las que ha tenido acceso este diario.

La formación naranja utilizó estas afirmaciones para abrir un expediente de información con suspensión cautelar de los afiliados al entender que afirmaciones como "hay que acabar con las hordas de Lorda en referencia al subdelegado territorial en Aragón, Jesús Lorda o "venta de humo naranja", entre otras, "pretenden dañar la imagen del partido y romper con artimañas, no democráticas, las estructuras del mismo conculcando la normativa de los estatutos y situaciones de índole disciplinario", según afirman en el expediente disciplinario redactado por el Comité Ejecutivo.

La existencia de este grupo de conversación únicamente duró unas horas en octubre del 2015 y los afiliados críticos sospechan que una de las personas que estuvo invitada a la conversación filtró su contenido a la dirección. En la conversación se indica que el grupo se crea para mostrar la "indignación" por cómo "se están llevando las cosas en Ciudadanos Aragón". Entre las críticas más destacadas que se vierten en El club de la lucha un afiliado afirma: "Solo espero que seamos una oposición unida y que no, que no nos peleemos entre nosotros, eso lo dejamos para 'los otros', a ver si explotan de una vez". También se indica que la intención del foro de debate es evitar "que el asunto pase sin pena ni gloria y que quienes nos han traído hasta aquí, por su antidemocrática forma de actuar, no terminen por aburrirnos hasta que nos marchemos". Para lograr su objetivo en el grupo se proponen diversas acciones en las redes sociales.

Diversas irregularidades

El asunto a no olvidar al que se hace referencia son las comunicaciones a la Comisión de Garantías de Ciudadanos en las que los miembros del grupo denunciaban diversas irregularidades observadas durante el proceso de primarias del partido. Entre los motivos de sospecha que enumeran destacan la presencia de papeletas de votación con los nombres ya preinscritos o la falta de "formalismo" en la composición de las asambleas para las elecciones internas

En una de las afirmaciones más rotundas que se vertieron en El club de la lucha se puede leer "a ver si les dan tortas los gitanos en el rastro el domingo", como muestra de desacuerdo a la estrategia de carpas ciudadanas que el partido puso en marcha para captar simpatizantes. Ciudadanos indica en el expediente disciplinario que los miembros de la conversación "saben que no están actuando con respeto a los Estatutos" pues en algún momento también se recomienda a los participantes "mucha cuidado y prudencia con respecto a quién se mete".

El sector crítico ha presentado ante los tribunales una demanda al entender que usar estas conversaciones para aplicar "represalias" puede "constituir un presunto delito de descubrimiento y revelación de secretos, por intercepción y difusión no autorizada de la conversación", así como un presunto delito de "falsedad en documento privado" ya que consideran que las pruebas están "claramente alteradas".