Mariano Rajoy, presidente del Gobierno, y José Ignacio Wert, ministro de Educación, Cultura y Deporte, utilizaron ayer diferente idioma al tratar sobre el dopaje y sobre las críticas a la política española deportiva que se han suscitado en el extranjero, sobre todo en Francia, a raíz de la controvertida sanción que hace una semana recibió Alberto Contador.

Casi a la misma hora, Rajoy recibió en el palacio de la Moncloa al equipo español que ganó la Davis, y Wert impartió un coloquio en Madrid en el que estuvo presente el embajador francés, Bruno Dalaye. El presidente defendió a los deportistas españoles y censuró la campaña satírica desatada por un programa de guiñoles en Francia. Rajoy fue tajante al afirmar que "el mayor desprecio es no hacer aprecio, ya que estamos muy contentos, orgullosos y felices de nuestros tenistas".

Sin embargo, el ministro Wert reconoció que sí existe en España un problema con el dopaje por lo que cuanto antes se tratara de modificar la ley del deporte para "reafirmar el compromiso" contra el uso de las sustancias prohibidas. "Por supuesto, tenemos un problema con el dopaje, no hace falta decirlo porque está de la más rabiosa actualidad".

La ley que permite tratar los temas de dopaje por la vía penal fue desarrollada por el anterior Gobierno y contó con una amplia mayoría parlamentaria, incluido el PP. La falta de legislación impidió en el 2006 tratar la operación Puerto más allá que por un presunto delito contra la salud pública. Ayer, tampoco el rey Juan Carlos quiso quedar al margen de la polémica. "Estos de los guiñoles son tontos, ¡eh!", dijo a Nadal.