Cinco años después de la aprobación de la ley que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo en España, los enlaces entre hombres y mujeres entre sí se han convertido en algo normal en Aragón. Normal pero muy minoritario. Nadie se escandaliza ya de que se formen parejas unisex, pero lo cierto es que se trata de una tendencia muy poco extendida. "Ya no somos unos bichos raros", certifica Pepe Paz, del movimiento Towanda, que agrupa a gays y lesbianas de Aragón.

De hecho, desde el 30 de junio del 2005 se han celebrado 228 matrimonios entre personas del mismo sexo, de los cuales 146 corresponden a hombres y 82 a mujeres. Si se toma el año 2009 como punto de referencia, debido a que es el último ejercicio del que existen datos oficiales, resulta que en las tres provincias aragonesas se llevaron a cabo 56 uniones conyugales entre personas del mismo sexo, frente a 4.891 matrimonios mixtos.

Eso significa que solo el 1,1% de quienes oficializan su relación lo hacen con una persona de su mismo sexo, un porcentaje inferior incluso al del conjunto de España, donde los enlaces homosexuales supusieron el 1,9% del total (3.142 frente a 175.952).

Aún es pronto para detectar tendencias, pero parece que el número anual de uniones entre gays y lesbianas no experimenta grandes altibajos. En el 2005 solo se produjeron 15 enlaces de este tipo en Aragón, quizá porque la ley solo estuvo vigente durante el segundo semestre. Sin embargo, en el 2006 se registraron 79 enlaces, una cifra que no ha sido superada desde entonces, dado que en el 2007 se produjeron 38 bodas, dos menos que en el 2008.

Hasta ese año, además, lo normal era que las uniones entre hombres duplicaran a las de mujeres e incluso superaran esa proporción, como sucede en el conjunto del país, donde los varones coparon el 64% de las bodas el pasado año. Sin embargo, el paralelismo se rompió en el 2009, dado que ese ejercicio se celebraron en Aragón 30 uniones masculinas y 26 femeninas, por lo que se rozó el empate entre ambos sexos.

Esta tendencia puede confirmarse con el paso del tiempo si, como se propone el colectivo de gays y lesbianas, se avanza en la "visualización" de estas últimas.

"TENSIONES AÑADIDAS" Por lo demás, los matrimonios unisex van camino de la normalización en todos los sentidos. Hasta el punto de que, en los cinco años de rodaje de la ley, un periodo relativamente corto, ya se han registrado las primeras disoluciones del vínculo matrimonial, bien por separación bien por divorcio de los cónyuges.

"Hay que tener en cuenta que las parejas del mismo sexo viven sometidas a tensiones añadidas", explica. "Una fuente de conflicto, en muchos casos, es la postura de ambos miembros sobre la salida del armario, pues unos están a favor y otros son reacios", precisa.

Así, en el año 2008 se disolvieron en todo el país 116 parejas inscritas en el Registro Civil, 47 compuestas por mujeres y el resto, por varones. En porcentaje, esas rupturas matrimoniales representaron el 3,6% respecto al total de uniones de personas del mismo sexo que se llevaron a cabo ese año, que fueron 3.194. No existen cifras de Aragón, pero es posible que el índice de fracaso matrimonial se mueva en torno al mismo porcentaje.

Con todo, los números relativos a las disoluciones de parejas del mismo sexo son muy bajos, sobre todo si se tiene en cuenta que en el 2008 se rompieron en España más de 118.000 matrimonios de cónyuges de ambos sexos. "No es fácil hacer comparaciones, pues mientras los heterosexuales se casan desde que el mundo existe, los gays y lesbianas acaban de conquistar ese derecho", resalta Pepe Paz.