El Ministerio de Defensa ha admitido que los restos humanos encontrados diez días después del accidente del Yak-42 en el lugar donde se produjo el trágico suceso "fueron enterrados en Turquía". Un hecho que añade sufrimiento a las familias de los fallecidos, que critican las contradicciones existentes en torno a los reconocimientos de los cuerpos.

El secretario general de Política de Defensa, Javier Jiménez-Ugarte, explicó ayer a EL PERIODICO DE ARAGON que el general turco que coordinó las labores de rastreo en Trebisonda (Turquía) y que le comunicó el hallazgo "se encargó de inhumarlos con el mayor de los respetos y muy cuidadosamente". Jiménez-Ugarte quiso precisar que los restos encontrados, que no se identificaron, "fueron pocos".

El pasado día 18 de enero, el número tres de Defensa indicó en una entrevista concedida a este periódico que el alto mando turco fue quien le informó de esta cuestión, pero matizó "que eso no impidió que las identificaciones se hicieran correctamente". Dicha afirmación provocó gran malestar entre las familias de los 62 militares muertos en el accidente, algunos de los cuales se dirigieron a este diario para expresar su dolor. Ayer, Jiménez-Ugarte reveló que algunos restos no se trasladaron a España.

El secretario general de Política de Defensa subrayó que el mismo militar que coordinó al equipo español encargado de estudiar los cadáveres --el general Navarro-- fue quien reconoció los cuerpos de los siete agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) muertos en Irak: "Hizo su labor con profesionalidad. Si él hubiera creído necesario que se practicaran pruebas de ADN a los 62 militares, se habrían llevado a cabo".

Las familias consultadas aseguraron que ningún miembro del Ejecutivo de José María Aznar les avisó del hallazgo y que conocieron la noticia a través de la prensa. Una de las viudas --que prefiere mantener su nombre en el anonimato por la dureza del asunto-- criticó la labor del ministerio, "no tanto por enterrarlos en Turquía", sino por no preguntarles si querían "que se repatriaran".

"Lo más duro para nosotras es que nadie haya hablado de esto durante más de medio año. Eso es lo peor, que conocemos muchas decisiones que se tomaron en su día sin consultarnos cuando ya no hay remedio", añadió la mujer.

Esta viuda manifestó que cuando preguntó a Jiménez-Ugarte acerca de por qué no se les comunicó el descubrimiento a los familiares, éste le respondió que el Gobierno español "no quería aumentar el sufrimiento de los afectados".

Por otra parte, el número tres de Defensa recordó que la Comisión Internacional que investiga el accidente aún debe reunirse en la capital turca --Ankara-- antes de que su presidente, Umit Cendek, redacte el informe preliminar sobre las causas de la tragedia.