Como si fuera agua para chocolate, Fluvi se ha convertido en una mona de Pascua en estos días de Semana Santa. Es la última creación de la pastelería Tolosana, cuyo escaparate de la zaragozana avenida de Goya luce como un álbum de la mascota de la Expo. Fluvi ante la Torre del Agua, Fluvi ante el Acuario Fluvial... Y también en solitario y junto al Pabellón de Aragón. Todo hecho en cacao (incluidas las comestibles recreaciones de los edificios). "Somos especialistas en hacer fotos de chocolate y por eso nos resultó fácil fabricar estas monas", explicaba ayer Luis Tolosana. Durante esta Semana Santa las figuras se venderán a 9, 15 y hasta 21 euros, dependiendo el tamaño de la mona. Y, después de las fiestas, aún se comercializará el Fluvi en solitario y se podrá averiguar a qué sabe la mascota.

El año pasado, Tolosana ya creó un Fluvi de chocolate de 2,10 metros de altura y 84 kilos de peso (en chocolate, claro) que, llegado el momento, se comieron los escolares de un colegio de Almudévar. Estos días, en el escaparate de su local de Goya luce otra mascota de metro y medio que ya les han pedido para la inauguración de un establecimiento zaragozano.

"En las monas de Pascua --que tradicionalmente eran de bollo y huevo duro y cuyo origen se remonta a siglos atrás-- se han ido imponiendo diferentes modas", explicaba Luis. Con el tiempo, se convirtieron en dulces que los ahijados solían regalar a sus sobrinos. "Desde hace unos quince años se fueron inspirando en los personajes que más llamaban la atención en ese momento". Según Luis Tolosana, los más pequeños de la casa se encaprichan, sobre todo, con monas de personajes de la tele, como los Lunnis o los clásicos de la factoría Disney. En este año, Ratatouille ha triunfado en toda España, aunque, en Aragón, Fluvi ha demostrado que tiene su tirón. Porque en esta versión no hay quien se resista ante sus ojazos y ante la tentación de hincarle el diente.