La Comisión del Agua acordó en el 2006 remitir al ministerio todas las propuestas planteadas para la regulación del Gállego –embalse grande, pequeño y no embalse–. No hubo votos en contra. Ya entonces se dejó claro que la opción que contaba con más apoyos era la que no inundara el pueblo de Erés. Un criterio que se cumplía, en principio, con el embalse de 35 hectómetros. Pero los informes negativos, como el de Cedex, que considera que el proyecto acarrea impactos ambientales «críticos», lo que es razón para replantearlo.