El consejero de Sanidad, Ricardo Oliván, defendió ayer, como tantas otras veces, la unificación de los centros de salud mental. Lo hizo bajo tres premisas, que no se prescindirá de personal; que los profesionales están de acuerdo con los cambios y que además los pacientes tendrán mejor acceso a los tratamientos al estar más cerca.

Respondía Oliván a una interpelación formulada por el diputado socialista Eduardo Alonso, que tildó la propuesta del consejero de "contrarreforma".

Sin embargo, Oliván insistió en que es una medida "coherente, pensada, diseñada por los profesionales y pensando exclusivamente en los pacientes, que son los que importan".

También sobre esta materia le preguntó la portavoz de CHA, Nieves Ibeas, quien criticó que se esté reformando la organización de la salud mental sin una planificación, sin que se haya presentado una estrategia, que se hará pública, señaló Oliván, cuando se convoque el consejo asesor.