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CONSEJERA DE UNIVERSIDAD, INNOVACIÓN E INVESTIGACIÓN

Pilar Alegría: "Los temas con la universidad no pueden acabar en los tribunales"

Pilar Alegría: "Los temas con la universidad no pueden acabar en los tribunales"

--¿Por qué deciden en esta legislatura separar los temas de la universidad del Departamento de Educación?

--Ya existió en su momento la consejería de Ciencia, Tecnología y Universidad y entendíamos que era el momento de volver a recuperarla. En Aragón, dos terceras partes de la investigación se hacen en la universidad y, después de esta crisis que estamos viviendo, todas las economías punteras están apostando por modelos donde la innovación y la investigación juegan un papel fundamental.

--¿Qué se ha encontrado a su llegada al departamento? ¿Muchos frentes abiertos?

--Me he encontrado una universidad pública desatendida durante estos años y un sector de la investigación al que no se ha potenciado de una manera importante. Por parte del Gobierno, creemos que ha llegado el momento de que los aragoneses puedan conocer los programas de investigación que se están haciendo y que no se han puesto sobre la mesa.

--Una de sus prioridades es que las relaciones con la universidad mejoren.

--Con la universidad los pasos que hemos empezado a dar son para abrir esos cauces de comunicación. No entendía que el campus y la DGA tuvieran que abordar las distintas cuestiones vía judicial. Me parece que esa debe ser la última puerta que se tiene que abrir. A partir de septiembre iniciaremos una comisión bilateral para hablar de temas de financiación, infraestructuras, ordenación académica y demás. Este Gobierno entiende que el corazón del sistema universitario lo ocupa el campus público, que es nuestro, siempre con respeto a la privada, pero no se entiende que un Ejecutivo y una universidad no hablen ni debatan con absoluta normalidad y fluidez. Habrá acuerdos y momentos en que no los haya, porque en todas las negociaciones hay dificultades, pero la responsabilidad es hablar.

--¿Le preocupa la financiación al campus?

--Sí, es un tema importante. La universidad lo demanda y creo que por eso era necesario sentarse a hablar. Sé que es fundamental, pero lo importante era iniciar los pasos para que el Gobierno y el campus pudieran sentarse en una mesa de diálogo, de trabajo. La situación económica será seguramente el primer tema que veamos. Ya le hice saber al rector de la Universidad de Zaragoza que la coyuntura económica es la que es, todos somos conscientes, pero partiendo de esa realidad veremos qué nuevo modelo de financiación conseguimos consensuar.

--La universidad mantiene el contencioso contra la DGA. ¿Van a solucionar esa herencia del antiguo Ejecutivo?

--Ellos continúan adelante. Considero que los temas con la universidad no pueden acabar en los tribunales y con esa actitud se trabajará. Se que está este recurso abierto y lo que voy a hacer es sentarme a hablar para ser capaces de acordar un nuevo marco económico. Esa es mi responsabilidad, el diálogo.

--¿La reforma de Filosofía y Letras será la primera medida en materia de infraestructuras?

--Cuando hablas con el rector y con los decanos la mayoría querría alguna mejora o actualización, pero sé que me presentarán una relación de infraestructuras prioritarias y no me cabe ninguna duda que la bandera será Filosofía y Letras. Aunque hay más cuestiones, como terminar la Facultad de Educación, que aún está pendiente.

--¿Es viable impedir la impartición del grado de Magisterio en la Universidad San Jorge?

--Cuando tomé posesión, lo primero que pregunté al servicio jurídico del departamento era saber si se ha sido riguroso en el procedimiento administrativo de la puesta en marcha de la orden y también que si en la situación actual, con alumnos ya matriculados en el grado de la privada, es posible la paralización de su aplicación. Lo que he hecho ha sido una solicitud de información para saber cómo está el proceso. Quiero decir que no me gustó la manera de poner en marcha la orden de su implementación por parte de la anterior consejería. Creo que se aprovechó un momento en el que las Cortes estaban disueltas, se hizo a espaldas del Parlamento y no se dio el cauce de participación. El anterior Ejecutivo no optó por el camino correcto.

--¿Aboga por eliminar la duplicidad de grados?

--Está en mi competencia la redacción de las órdenes de la consejería. En la legislatura anterior de una de ellas desaparecieron unas líneas, donde se señalaba que la nueva puesta en marcha de grados no podrá suponer una duplicidad con los que están ya puestos en marcha en los campos periféricos de Huesca, Teruel y La Almunia. Esa condición desapareció con la anterior consejera y eso es lo que yo voy a recuperar, porque lo puedo hacer. Mi intención es que en el mes de septiembre, en los próximos Consejos de Gobierno, se pueda recuperar el espíritu de esa frase que se eliminó.

--Las becas de los universitarios han ido a peor en los últimos años. ¿Qué propone?

--Aragón es una de las pocas comunidades que no tiene becas autonómicas complementarias. Todo lo que hablo lo hago consciente de nuestra situación económica, y estamos valorando las cifras que tenemos encima de la mesa. Me gustaría plantear la iniciativa de este tipo de ayudas, que permitiera que aquel joven que quiera seguir estudiando no lo deje por cuestiones económicas, sino que el Gobierno de Aragón le pueda facilitar la situación. Sería una beca complementaria a las nacionales o a las de la Universidad de Zaragoza. En mi hoja de ruta está poder sacar esta convocatoria, pero sé que vivimos una situación como la que es y si tengo que hacer una priorización en mi agenda, esta puesta en marcha me gustaría llevarla adelante.

--¿Qué iniciativas van a tomar en el apartado de innovación e investigación?

--Una de las cuestiones fundamentales será poner en marcha una Ley de la Ciencia. Creo que es necesario actualizar y tener una relación más armoniosa con los investigadores y con ellos contaremos para abordar esta situación, con quienes debatiremos para conocer sus peticiones. Queremos hacer un apoyo decidido a los institutos de investigación que tenemos en Aragón, que son muchos y sentarnos a ver qué propuestas podemos hacer de cara a esos investigadores. El objetivo es que se sientan reconocidos y mucho más reconfortados que en los últimos años, que han quedado algo al margen por la falta de apoyos.

--La investigación en la Universidad de Zaragoza ha sufrido muchos recortes. ¿Van a reconducir la situación?

--En esos acuerdos económicos que tenemos que adoptar con la universidad también quiero mostrar el apoyo a los grupos de investigación del campus, que son muchos y muy buenos. En la mayoría de los presupuestos, la materia de innovación suele sufrir bastantes recortes. Cuando hablamos del porcentaje del PIB destinado a investigación, en Aragón estamos en un 0,9 y, al final de la legislatura, me gustaría llegar al 1,3, que es la media nacional. Vamos a ver si las condiciones económicas nos lo permiten para llegar a esa puntuación. Creo que los investigadores aragoneses no han estado en un primer puesto estos años, sino que han estado como ausentes de grandes proyectos, y queremos revertir eso. En Aragón somos punteros en muchos sectores y debemos apoyar a estos investigadores, porque son quienes dan a conocer nuestra potencialidad.

--También van a llevar las nuevas tecnologías a la propia Administración.

--Sí, el tercer reto es la puesta en marcha de la Administración Electrónica. El Gobierno de Aragón se merece ya también poder trabajar de forma moderna y con un fácil acceso para el ciudadano. Reclamo el derecho de la gente a no tener que hacer fila para hacer cualquier trámite que pase por esta casa. Quiero que los ciudadanos aragoneses puedan desde casa ver el proceso de sus expedientes en una pantalla.

--¿Cómo van a aplicar estas propuestas de innovación en los campus de Huesca y Teruel?

--Me han trasladado su interés por saber cómo serán las fórmulas para asentar a los investigadores allí. En Huesca hay ocho grupos de investigación consolidados y en Teruel, seis. No queremos que todo quede focalizado en Zaragoza, sino que buscaremos medidas en los campus periféricos, porque sé que es una demanda. En Teruel me planteaban la opción de quienes estudien allí el grado puedan hacer un máster y luego generar doctorados.

--Acaba de llegar, pero ¿cómo le gustaría terminar sus cuatro años en esta consejería?

--Me gustaría que la Universidad de Zaragoza ocupara ese sitio preminente en el sistema universitario de Aragón y que el campus y la DGA hubieran retomados las vías de diálogo, con entendimiento normal y fluidez. Hay que reconocer el trabajo y el potencial de la universidad y ojalá en estos cuatro años eso se pueda poner en marcha. Si además hubiéramos llegado a un acuerdo en materia de financiación sería ya cerrar un círculo perfecto. Sería recuperar la normalidad. También querría que Aragón fuera reconocido y para eso los investigadores tienen un papel fundamental.

--¿Esperaba estar en una consejería del Gobierno?

--Una no se espera ser consejera del Gobierno de Aragón con 37 años y tener la confianza del presidente. Lo asumo con muchísimo respeto y con todas las ganas de trabajara para hacer una buena gestión.

--Es la número 2 del PSOE en Aragón, ¿esperaba tener, por su peso en el partido, un departamento más potentes, quizás?

--No entraba en mis planes estar aquí. Para mí poder ser la número 2 y trabajar en el Parlamento por y para mi tierra ya era un orgullo. No esperaba nada más, ni mucho menos, sino trabajar cuatro años en mi condición de diputada autonómica y dejarme la piel en ello. Cuando el presidente quiere contar con tu trabajo en una consejería, para mí es, casi diría, el culmen a mi carrera, porque no lo esperaba. Que Javier Lambán me quisiera en su equipo hace que esté más que satisfecha. Sí que es verdad que te da una sensación de nervios, pero por el respeto que provoca una consejería como esta, que me resulta de las más importantes de este Gobierno por el papel que puede jugar. Me parece un departamento de Primera División.

--Afronta un reto personal, pero como dice es una consejería con varios frentes, por lo que no faltarán las críticas.

--Evidentemente, somos conscientes de que las habrá. Cuando asumes ser consejera de un Gobierno la intención es hacer una buena gestión, pero está claro que no todas las decisiones serán bienvenidas por todos. Todo mi tiempo va a estar para hablar, dialogar y tomar decisiones con consenso y responsabilidad. Aceptó que recibiré críticas, faltaría más. Eso también va en el cargo.

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