Las últimas víctimas mortales de la montaña fueron un holandés residente en Cataluña y un vecino de Canet de Mar. El primero de ellos, C. M. R. K., de 52 años, fue aplastado por una enorme piedra que se desprendió cuando atravesaba con otro montañero el glaciar del Aneto. Un testigo vio el suceso y avisó a la Guardia Civil, que empleó el helicóptero para recuperar el cadáver y atender al superviviente. El otro fallecido del sábado fue un residente de Canet de Mar, en la provincia de Barcelona, de 64 años. Al parecer, se trató de un caso de mala suerte. Todo indica que el suelo cedió bajo sus pies cuando caminaba al borde de un precipicio y cayó al vacío.