La decisión de Zaragoza en Común (ZeC) de trasladar a todos los barrios la información sobre el resultado de las ordenanzas fiscales, la previsión de ingresos y de cuántos gastos habrá que afrontar con ellos en el 2016, se interpretó ayer por parte de la oposición como un intento de agitar al tejido social. Para todos se persigue que asociaciones o entidades ciudadanas enmienden el resultado de un debate político que ha perdido el Gobierno de Pedro Santisteve. Y ni PP, ni PSOE, ni Ciudadanos (C's) ni CHA escatimaron en calificativos.

Mientras, el alcalde se limitó a aclarar que, aunque ZeC no tiene claro si puede presentar alegaciones como partido político, "es cierto que cualquier contribuyente puede impugnar las ordenanzas que entienda que son regresivas". Se dará luz verde a esas asambleas, por lo tanto, desde el Gobierno.

Para el portavoz del PP, Eloy Suárez, la decisión demuestra que ZeC "tiene un problema de entender la democracia" y que a la hora de explicar su propuesta de ordenanzas no hicieron ronda por los barrios, sino que se reunieron "solo con los empresarios". "La incapacidad política no puede acabar en esperpento". "No es bueno que amenace con echarnos a la gente encima, es impresentable", añadió.

Para el socialista Carlos Pérez Anadón, ZeC "tiene que combinar dos almas que conviven mal", la del partido que gobierna el ayuntamiento y la del que actúa en la calle. "¿No acaba de hablar de pasar página?", se preguntó. El nacionalista Carmelo Asensio confió en que "no sea tan torpe de usar al tejido social para defender sus tesis, las que no han sido capaz de ganar en el salón de plenos". Mientras, Sara Fernández, de C's, opinó que "no es correcto que se utilice a las asociaciones así porque el tiempo para el debate como partido político ya ha terminado".