La siniestra sucesión de asesinatos machistas, 48 en lo que va de año, 671 desde el 2005, no es más que la punta del iceberg del maltrato en España. Por debajo de estas tragedias más visibles se esconde un drama de enormes dimensiones al que el observatorio del Consejo General del Poder Judicial

(CGPJ) puso cifras ayer en su balance de diez años de aplicación de la ley integral contra la violencia de género, que coincidió con la vísperadel día internacional por la eliminación de esta lacra. Desde el 2005, las víctimas han presentado más de un millón y medio de denuncias, de las que se han derivado unas 250.000 órdenes de protección y 289.000 condenas para otros tantos maltratadores, el 96% de ellos varones. Si ponemos el foco en los agresores, el retrato puede ser demoledor: algo más de uno de cada 100 hombres ha sido condenado por violencia machista solo en la última década, y casi el mismo porcentaje ha sido absuelto por falta de pruebas.