Bajan un 1,8% los ingresos de los fieles a la Iglesia zaragozana

La archidiócesis zaragoza na finalizó el año 2017 con un superávit de un millón de euros, a pesar de que sus ingresos cayeron un 1,8% en la partida de aportaciones de los fieles, tanto por vía directa (cepillo o colectas) como por la asignación tributaria.

Así se recoge en la memoria anual del Arzobispado de Zaragoza que presentaron ayer el vicario general de la archidiócesis, Manuel Almor; el ecónomo diocesano, Jaime Sanaú, y el director de Comunicación, José Antonio Calvo. Explicaron que esta reducción responde «a la paulatina desaparición de la crisis», así como al componente demográfico de la provincia que sufre de despoblación.

Del total del dinero en sus cuentas, casi 22 millones de euros, el 36,5% fueron donativos o herencias (7,9 millones de euros) seguido por los ingresos corrientes (subvenciones y servicios parroquiales) que representan un 27,5% con sus 6 millones deuros. El 11,7%, es decir, 2,5 millones, provienen, por ejemplo, de las actividades relacionadas con el patrimonio,

Con todo ello, han desarrollado 8 millones de horas de actividad pastoral, en 131 centros sociales y asistenciales, con 560.220 atenciones, más de mil voluntarios en Cáritas y más de 150 en Manos Unidas, así como en las 202 parroquias de la provincia de Zaragoza. El 21,2 por ciento, con 4,4 millones, se destinó a las retribuciones del clero; el 15,1 por ciento, un total de 3,1 millones, a acciones pastorales y asistenciales, como las cuestaciones para Cáritas o el Domund; el 12,9 por ciento, con 2,6 millones, para la retribución del personal seglar y el 2,6% restante, 546.600 euros, a aportaciones a los centros de formación. El excedente de la diferencia entre ingresos y gastos fue de 1.055.200 euros.

El ecónomo del Arzobispado de Zaragoza destacó la partida de los gastos ordinarios, que ascendieron a 20.851.000 euros, un 3,9% más. El 47,7% se destinaron a la conservación de edificios y gastos de mantenimiento, con 9,9 millones para estas materias. Resaltan al respecto diferentes obras de consolidación de bienes eclesiásticos llevadas a cabo en 44 municipios de la provincia de Zaragoza o la Iglesia de La Magdalena.

Sanaú resaltó el «esfuerzo de la Diócesis» en el mantenimiento de su patrimonio que es «un bien común de todos», dado que está «a disposición de todos los aragoneses». Agradeció, asimismo, la generosidad de los fieles que siguen siendo el principal sustento de los ingresos que se reciben.

En cuanto a la actividad caritativa y asistencial, la archidiócesis dispone de 13 centros sociales, ha atendido a 4.013 personas mayores, enfermos crónicos y personas con discapacidad, a 1.413 drogodependientes y a 9.052 personas en exclusión social, gracias al esfuerzo de 1.049 voluntarios de Cáritas y a 136 voluntarios de Manos Unidas.