La cosecha de almendra batirá un nuevo récord este año en Aragón

La cosecha de almendra en Aragón avanza con paso firme hacia un nuevo récord. El incremento de la superficie cultivada, que empezó a dispararse hace cuatro o cinco años al calor de los buenos precios, ha hecho que la producción no deje de aumentar en las últimas campañas en la comunidad. Este año, el sector estima que se recogerán más de 17.000 toneladas, lo que supondrá un incremento de casi el 25% respecto a la media de los últimos ejercicios, según destacó ayer a este diario el responsable del sector de frutos secos de UAGA, Bernardo Funes.

El sindicato agrario estima que actualmente en Aragón hay unas 70.000 hectáreas cultivadas, frente a las 62.000 que había «hace cinco o seis años». «Han entrado muchas empresas ajenas al sector en los últimos años; desde fondos de inversión a constructoras que veían en la actividad un buen nicho de negocio por los buenos precios», explicó Funes, que apuntó que el incremento de los cultivos en regadío (ya representan más de un 10% de toda la superficie de almendros en Aragón) también está detrás del aumento de la cosecha.

Según el Ejecutivo autonómico, Aragón es la comunidad más productora de almendras de toda España, que, a su vez, es la tercera potencia a nivel mundial por detrás de EEUU y Australia. Sin embargo, Funes pone en duda el liderazgo de Aragón, ya que Andalucía cuenta con una superficie de más de 140.000 hectáreas. «Es necesario que unifiquemos los criterios para afinar los datos de producción», consideró.

El incremento de la cosecha en los últimos años en España y las «masivas» importaciones de almendra californiana han provocado una caída de los precios que reciben los agricultores. «El problema se puede agravar a medio plazo porque se prevé que la producción en España se va a duplicar en tres años», indicó Funes.

Así, los cuatro o cinco euros por kilo que se pagan ahora distan mucho de los ocho que se llegaron a pagar, aunque los precios actuales aún otorgan un margen de rentabilidad a los productores. «Si esto sigue así muchas explotaciones, sobre todo las más pequeñas de agricultores familiares, lo van a pasar mal», auguró Funes, que lamentó que en las últimas campañas la almendra californiana ha llegado a cotizar por encima de la nacional.

MARCA PROPIA

Para que eso deje de suceder, Funes aboga por impulsar un sello o una marca propia para diferenciar la almendra española. «El consumidor debería poder saber lo que está comprando», destacó. La creación de este sello también podría fomentar las ventas de almendra española en otros mercados pujantes como China.

Por otra parte, Funes reclamó que las ayudas deben llegar a los pequeños agricultores «y no a las grandes empresas que acaban de llegar al sector».