Tras 626 años de su fundación, el Ilustre Colegio de Procuradores de Zaragoza y los profesionales que lo integran seguimos prestando un importante servicio a la sociedad aragonesa como representantes procesales de los justiciables. 

Pero ese servicio a la sociedad no sólo se ha de enmarcar en nuestra actividad de representantes de las partes ante los Tribunales así como en la de cooperadores necesarios de la Administración de Justicia, sino que ha de ir más allá y, desde la posición que nos otorga nuestra profesión, hemos de luchar porque la Administración de Justicia en España, Aragón y Zaragoza sea debidamente tenida en cuenta, dejando de ser la olvidada entre los servicios fundamentales que ha de prestar el Estado a sus ciudadanos

Y es que, mientras el constante debate, día tras día, parece resumirse en la politización de la Justicia y en la configuración del CGPJ o de los más altos tribunales, existe una Administración de Justicia ajena a esa discusión.

Es la Justicia del día a día, la que vivimos los profesionales que nos dedicamos a ella, procuradores, abogados, graduados sociales, así como todos aquellos que la imparten y administran, jueces, fiscales, letrados de la Administración de Justicia y funcionarios. 

Es a esta Justicia a la que las administraciones competentes, estatales y autonómicas, así como los políticos, han de prestar verdadera atención, dotándola de los medios materiales y personales de los que, en demasiadas ocasiones, carece.

El ciudadano español merece una Justicia rápida y eficaz que dé pleno valor a los derechos que aquel ejercita ante la misma, sea en la posición que sea. 

Y en ese deseo, el Ilustre Colegio de Procuradores de Zaragoza, sus colegiados y todos aquellos que en España nos dedicamos a la profesión de Procurador de los Tribunales, trabajamos día a día para que se cumpla, representando a los justiciables, tanto a aquellos que contratan nuestros servicios como a aquellos que carecen de medios económicos para defender sus derechos, en este caso a través de la encomiable y no siempre reconocida labor del Turno de Oficio

Es por todo ello que los procuradores, estableciéndose como cooperadores necesarios en el buen funcionamiento de nuestra Administración de Justicia, seguimos trabajando duramente, con plena dedicación, y, del mismo modo, tomando el pulso a la Justicia en nuestro país, además de reivindicar las mejoras precisas para que ese pulso sea el adecuado por el bien de la sociedad.