Movilidad urbana

El mantenimiento y la gestión del nuevo Bizi costará 2 millones al año

El ayuntamiento eleva a 2.500 las bicicletas necesarias para ampliar el servicio a los barrios | Se estudian abonos compartidos con el bus y el tranvía para fomentar su uso

Estación del actual servicio Bizi Zaragoza.

Estación del actual servicio Bizi Zaragoza. / ANDREEA VORNICU

Carlota Gomar

Carlota Gomar

El nuevo servicio Bizi que se pondrá en marcha a partir del próximo año tendrá un coste de mantenimiento y gestión de 2 millones de euros al año. El consistorio, que ha captado de los fondos europeos 6,5 millones para la compra de las bicis y la instalación de las estaciones, confía en sacar a licitación los pliegos este verano para poder desplegar las unidades eléctricas por toda la ciudad cuanto antes.

El proceso no será rápido y hasta 2025 no se prevé que esté operativo al 100%, ya que la ampliación de bicis y estaciones se hará por fases. En cuanto al coste para el usuario, será similar al actual y se plantean abonos anuales e, incluso, combinados con los títulos del tranvía y el autobús urbano para fomentar su uso.

Una de las principales características del servicio que proponen desde el área que dirige Natalia Chueca es ampliarlo a todos los barrios, lo que va a suponer duplicar tanto el número de estaciones como de bicicletas. De hecho, una de las principales carencias del actual es su limitación geográfica, además de la falta de mantenimiento de las bicis, cada vez en peor estado.

Según explican desde Movilidad, para poder llegar a todos los distritos y garantizar el buen funcionamiento del servicio, se ha decidido que el pliego de condiciones amplíe hasta las 2.500 las bicis públicas, las que se estima que serán necesarias para «garantizar» que llega a toda la ciudad. Suponen un 15% más que las que contempló en su día el anteproyecto, en el que planteó adquirir 2.180 bicicletas, todas ellas eléctricas. A día de hoy, hay 1.300 que se anclan en 130 paradas.

Movilidad compartida

La revolución de la movilidad compartida vivió un boom tras la pandemia, cuando se disparó el número de ciclistas y usuarios de patinetes que utilizaba los carriles bici gracias, en gran medida, a las empresas privadas que desplegaron sus flotas. Sin embargo, el actual servicio Bizi perdió más de un 23% de abonados.

Desde Movilidad aseguran que no se debe al modelo. De hecho, esta fórmula sigue utilizándose en muchas ciudades, como Madrid, Barcelona, Valladolid o Gran Canaria, con servicios similares al que se plantea en Zaragoza. El problema tiene que ver con su limitación geográfica y con el estado de sus bicis, gestionadas por Clear Channel, que llevan años sufriendo la falta de mantenimiento y renovación.

El contrato que saldrá a concurso público este verano (o al menos esa es la idea) incluye la renovación total del servicio, que deberá contar con la última tecnología y con bicicletas eléctricas. El mantenimiento será clave, de ahí que los técnicos de Movilidad estimen que el coste anual rondará los 2 millones de euros. Esta partida también incluirá el traslado de bicis de una estación a otra y el control del sistema informático.

Con el actual contrato, este gasto se abona en «especie», a cambio de la explotación comercial de Clear Channel en distintos soportes publicitarios en la ciudad como vallas o mupis.

El grueso de la operación se sufragará con los 6,5 millones de euros que llegarán desde Europa, que van a permitir poner en marcha el servicio. Esta cuantía se utilizará para adquirir las bicis e instalar la infraestructura, entre 220 y 230 estaciones repartidas por todos los barrios que, además, no tienen un número fijo de enganches, sino que se adaptarán según el espacio y las necesidades.

Las ayudas de la Unión Europea son finalistas y marcan unos plazos, de ahí la «urgencia» para sacar a licitación el contrato, que tendrá que estar adjudicado este año.

Falta el precio

Todavía quedan temas por resolver, como el precio para el usuario, aunque no variará mucho respecto al actual. Si algo tienen claro en Movilidad es que para que la bici sea una alternativa al coche privado debe ser «accesible» y tener «un precio atractivo y plenamente competitivo».

Todavía se están analizando todas las posibilidades de abonos, aunque ya se sabe que habrá uno anual, y que podría combinarse con otros títulos, como el del transporte público. Esto se hará cuando esté operativa la aplicación móvil en la que trabaja el ayuntamiento y que integrará todos los servicios disponibles en la ciudad para desplazarse.