POLÉMICA EN UNA CONCESIÓN DEL PARQUE DEL AGUA

Víctor Serrano: "La concesionaria del spa de Ranillas nunca justificó la finalidad del préstamo"

Urbanismo recuerda que el negocio podía abrir desde noviembre pero "no ha querido" | El administrador concursal solicita la suspensión temporal del procedimiento

Estado de las instalaciones del spa de Ranillas en el Parque del Agua de Zaragoza, cerrado hace 15 meses. | MIGUEL ÁNGEL GRACIA

Estado de las instalaciones del spa de Ranillas en el Parque del Agua de Zaragoza, cerrado hace 15 meses. | MIGUEL ÁNGEL GRACIA / D. L. G.

David López

David López

El Ayuntamiento de Zaragoza ya está trabajando en defender los intereses municipales de lo que demanda la empresa concesionaria del spa de Ranillas, Cublan Inversiones, y 14 de sus acreedores, que reclaman al juzgado de los Mercantil número 2 de Zaragoza. Le piden que la jueza declare la culpabilidad del consistorio en la quiebra de la empresa, que le llevó al actual concurso, y que este tenga que asumir una deuda de la empresa que asciende a 14,6 millones de euros. En base a la denegación de licencia que otro juzgado anuló en un contencioso administrativo que está recurrido, y al rechazo recibido por parte del Gobierno de la ciudad a una operación de crédito de 3,5 millones en la que la firma pretendía usar la concesión del Parque del Agua como aval. Pero para ambos argumentos tiene respuesta, que ya están documentando, y apuntan a las inexistentes garantías que ofreció la concesionaria para darle el visto bueno a la operación.

«Ahora le dicen a la jueza que pretendían usar el crédito para saldar su deuda y para acometer inversiones en las instalaciones pero lo cierto es que la concesionaria del spa nunca justificó en qué gastaría ese dinero», afirmó ayer en declaraciones a este diario el responsable de Urbanismo, Víctor Serrano, señalado por Cublan por una denegación de licencia aprobada en Gerencia de Urbanismo el 8 de noviembre de 2021 y que una jueza dictaminó, el 30 de noviembre de 2022, que no fue conforme a derecho y la acabó anulando.

En este caso, la explicación que da el concejal es sencilla: la Justicia concluye eso por un defecto «formal, no porque entrara a valorar el fondo del asunto». Y es que en noviembre de 2021 se justificó la denegación de la licencia de funcionamiento con que no se habían subsanado las deficiencias indicadas por el Servicio contra Incendios en enero, ocho meses antes, desestimando unas alegaciones presentadas por la empresa el 21 de febrero de ese año y de las que no se dio traslado antes desde Urbanismo al propio Servicio de Incendios. Por eso la jueza concluye que aquella denegación no era conforme a derecho, la anula y ordena, el 30 de noviembre de 2022, «la retroacción de las actuaciones para que se efectúe el oportuno traslado» al Servicio de Incendios.

No obstante, la decisión judicial está recurrida y será la Audiencia Provincial la que decida sobre ella. Pero la clave, según el ayuntamiento y el propio edil de Urbanismo es preguntarse por qué la empresa decidió no abrir entonces. Al ordenar la retroacción al consistorio, la situación legal del negocio volvía a la que tenía el 7 de noviembre de 2021, antes de denegar la licencia, cuando se le permitía funcionar pese a no tener resuelto el expediente de una solicitud que llevaba sin resolverse desde 2011.

De hecho, el ayuntamiento, en enero de 2021, notificó expresamente a Cublan que «puede llevar a cabo el ejercicio de la actividad» en base al artículo 17 de la Ley de Policía de Espectáculos Públicos que permite hacerlo si, pasado un mes de la solicitud, no ha habido respuesta de la Administración a la que se le solicita el permiso. Silencio administrativo positivo se llama.

«Si no ha abierto será porque no ha querido», remarcó ayer Serrano. Porque legalmente podía aunque, eso sí, después de estar nueve meses cerrado, ya que la denegación de la licencia acabó con la clausura del spa en febrero de 2022. Y se produjo después de la reunión del Gobierno de Zaragoza de enero del año pasado a la que alude también Cublan para responsabilizar de su quiebra al consistorio. En ella se rechazó permitirle usar como garantía la concesión del spa para firmar un crédito con la entidad Audentia Capital que, según la empresa, iba a utilizar para saladar su deuda con el ayuntamiento, de más de 200.000 euros, y acometer inversiones en las instalaciones para adaptarlas a las exigencias del covid.

Ni un proyecto

«Nunca presentó un proyecto de lo que quería hacer para justificar la inversión, ni detalló en qué consistían esas mejoras y, respecto a la deuda, nunca notificó al ayuntamiento el compromiso de destinar ese dinero a lo que ahora dice. No se podía poner en riesgo un bien público como aval en una operación que comportaba unas obligaciones que no se han explicado», concluyó Serrano.

Son dos posiciones completamente opuestas a una situación que objetivamente solo tiene dos certezas: que el spa de Ranillas está cerrado 15 meses y que puede seguir así mucho tiempo, y que la empresa tiene una deuda enorme con más de un centenar de acreedores, entre ellos el propio ayuntamiento, que sin lograr la culpabilidad de la Administración, no se sabe muy bien cómo puede afrontar.

Pero la situación en el juzgado sigue su curso y, al parecer, con novedades. El administrador concursal solicitó la semana pasada a la jueza la suspensión temporal del proceso, el análisis de la pieza sexta del concurso que dirime la culpabilidad, porque, según ha podido saber este diario, le pide esperar a que la Audiencia Provincial de Zaragoza se pronuncie sobre el recurso presentado por el consistorio contra la sentencia condenatoria de la denegación de licencia. Una pausa que ha cogido a todas las partes por sorpresa y que depende ahora de lo que diga la magistrada.