EN PRIMERA PERSONA

El caso del comedor del colegio Hispanidad: De la suciedad a no poder repetir

EL PERIÓDICO recoge los testimonios de varias familias del centro molestas con el servicio de comidas, sobre todo en el último curso / «Te ves atrapado porque sabes que lo mejor sería quitar a tu hijo de comedor, pero si quieres conciliar, debes dejarlo», dice un padre

Un insecto en uno de los menús servidos el pasado 26 de mayo en el colegio Hispanidad.

Un insecto en uno de los menús servidos el pasado 26 de mayo en el colegio Hispanidad. / SERVICIO ESPECIAL

Ana Lahoz

Ana Lahoz

Hace ya algún tiempo que las familias del colegio Hispanidad, en Zaragoza, están molestas con el servicio de comedor. La aparición de insectos el pasado mes de mayo en algunos menús fue «la gota que colmó el vaso» de un curso en el que las quejas han ido a más. EL PERIÓDICO recoge algunos testimonios y experiencias de los padres y madres del centro con el catering ofrecido por la empresa Aramark, que desde 2010 presta servicio en este colegio "sin que se haya registrado ninguna incidencia en el servicio de la compañía", aseguran fuentes de la misma a este diario.

Todas las opiniones recopiladas coinciden en tres cuestiones: una "peor" calidad de la comida, la preocupación por la "suciedad" en el menaje y el "trato" de las monitoras.

«La negativa a proporcionar la información nutricional de los menús que estábamos reclamando a la empresa, ya desde el curso pasado, hizo que nunca sintiese la confianza suficiente», apunta el padre de un alumno de Infantil. «Uno llega a sentirse bastante desamparado cuando ve que una cuestión tan fundamental como es la salud de nuestros hijas e hijos no es defendida de oficio por la Administración. Me he visto totalmente atrapado, pues pese a que sabes que lo mejor sería sacar a tu hijo del comedor, resulta imposible conciliarlo con tu vida laboral y te ves obligado a seguir dejándolo», añade.

"Siento que este curso hemos estado en una lucha continua y desigual. Hemos tenido que ser las familias las que con una continua labor vigilante y de denuncia hemos logrado sacar a la luz hechos tan graves como los que han ocurrido este curso y que son únicamente imputables a la empresa, quien ha antepuesto descaradamente sus propios intereses y sus beneficios a la calidad del servicio prestado", apunta este padre.

Algunas familias, incluso, han podido probar el servicio hace poco. «El responsable de Aramark me dijo que tuve mala suerte porque me tocó un trozo de empanada carbonizado y una pera que estaba verde y dura. Esto me lleva a pensar que, si nos tratan así a los padres que vamos a ver que todo esté bien, a los peques debe de ser mucho peor», explica la madre de una alumna de 2º de Primaria. «Mi hija me ha contado situaciones como por ejemplo que la cocinera prefiere tirar pedazos de pan a la basura a dárselo a los peques para que repitan si se quedan con hambre. Entre las trabajadoras hay bastante mal rollo, al parecer, nos cuentan que se gritan entre ellas, que se tratan mal...», añade.

"Creo que se aprovechan de que los usuarios son niños"

«Pude constatar que los platos y cubiertos efectivamente tenían restos de suciedad», cuenta la familia de un alumno de 1º de Primaria que también comió en el centro. «En general estamos cada vez más insatisfechos. Además de la falta de limpieza, la calidad de la comida creemos que ha bajado, ya que por ejemplo mi hijo ahora se queja de forma regular de la calidad de la carne, en particular de los platos que son procesados como las hamburguesas», añaden.

Sanidad encontró suciedad en las bandejas durante una nueva inspección.

Sanidad encontró suciedad en las bandejas durante una nueva inspección. / SERVICIO ESPECIAL

«Creo que se aprovechan de que los usuarios son niños y tienen poca capacidad de juicio sobre el servicio que reciben», añade. Los más pequeños «cuentan cosas», pero sobre los alumnos más mayores son más conscientes de la situación. «Dicen que no les dejan repetir o que no les dan más lechuga por no abrir una bolsa, por ejemplo. Durante el primer trimestre la mayoría de los padres pensaban que eran exageraciones, pero lo cierto es que todos salen a las 16.30 buscando la merienda vorazmente», apunta el padre de una alumna de 3º de Infantil.

Él también fue un día a comer al colegio Hispanidad y salió "asustado", dice. "Me sirvieron una judías blancas sin absolutamente nada más, ni verduras ni carne, con lo cual se convierte en un engrudo insípido. Me sirvieron la cantidad mínima para cubrir el fondo de hueco de la bandeja. De segundo, decía el menú 'pechuga de pollo empanada', en realidad era pasta de carne seca y con un rebozado gordo que se pegaba a las muelas. No me la comí", asegura. "Lo que realmente que realmente me asustó fue que trabajadoras y profesores me dijeron que ese era uno de los días buenos. ¿Cómo serán los malos?», se pregunta. «Son comidas que se pueden servir, legalmente, en un plazo de 21 días. ¿Qué nutrientes soportan eso? Así se explica que no han comido verdura fresca en todo el curso», afirma.

La empresa asegura que está "colaborando" para resolver la incidencia

«Hace años que mis hijos usan el comedor y el deterioro ha sido progresivo. Las quejas han ido a más. Son cosas que al principio crees a medias o piensas que los críos exageran un poco, pero cuando lo empecé a comentar con madres y padres todos tenían algo que decir", explica la madre de dos estudiantes del centro. "En alguna ocasión, el mayor me ha comentado, por ejemplo, que el pan tenía moho, además de la suciedad», dice. «La pequeña, por su parte, lo que más me decía tenía que ver con el trato. En más de una ocasión salía disgustada porque le habían obligado a comer, forzándole las cucharadas o hablándole mal para que comiese más rápido», dice.

Suciedad en los cubos del comedor.

Suciedad en los cubos del comedor. / SERVICIO ESPECIAL

Este diario se ha puesto en contacto con la empresa Aramark para conocer su versión de los incidentes en el colegio Hispanidad, donde presta servicio desde 2010. «Se está colaborando estrechamente con el centro para resolver la incidencia. La seguridad alimentaria es la máxima prioridad y la compañía está tomando todas las medidas necesarias para restablecer las condiciones higiénico-sanitarias requeridas y garantizar un entorno seguro en el servicio de comedor», apuntaron.

Al mismo tiempo, recalcan que la cocina central de Aramark en Zaragoza "cumple todas las políticas de calidad, así como la legislación vigente en seguridad alimentaria y está certificada en una de las normas más estrictas".