CÁTERING EN COLEGIOS DE ARAGÓN

La polémica por la comida en los colegios de Aragón continúa servida: "Cada vez se come peor"

Las quejas por la "baja calidad" suben y las licencias vigentes en Aragón no tienen validez || La Plataforma por unos Comedores Escolares de Calidad lo tiene claro: "Cada vez se come peor"

Una cocinera sirve la comida a un alumno en un colegio, en una imagen de archivo. | EL PERIÓDICO

Una cocinera sirve la comida a un alumno en un colegio, en una imagen de archivo. | EL PERIÓDICO / ANA LAHOZ

Ana Lahoz

Ana Lahoz

El debate no es nuevo, pero lo cierto es que este curso escolar han crecido las protestas y las quejas por algunos servicios de comedor en centros educativos de Aragón. La aparición de insectos en algunos platos del menú del colegio Hispanidad de Zaragoza, el pasado mes de mayo, y la decisión del Departamento de Sanidad de obligar a utilizar vajilla de un solo uso en este centro debido a la suciedad han vuelto a poner sobre la mesa la controversia de la línea fría (catering) en los colegios.

Desde la Plataforma por unos Comedores Escolares de Calidad en Aragón lo tienen claro: "Cada vez se come peor", asegura a este diario Genaro Delgado, portavoz del colectivo. Asegura que en el último año se ha producido "una tormenta perfecta" por la cual se han dado diferentes circunstancias, todas ellas ajenas a las familias, que han derivado en una "bajada de la calidad" de los menús. "La crisis de los carburantes, la subida de los precios, la guerra... Todo ha influido para que las grandes empresas como Aramark (la que sirve la comida en el colegio Hispanidad) hayan aplicado una subida de costes, tengan margen de beneficio y, además, nadie les vigila", asegura Delgado.

En este sentido, asegura que en Aragón las licitaciones actuales para los servicios de comedor "no están vigentes" porque "ya se acabaron todas la prórrogas posibles de los contratos y ahora se está a la espera de las nuevas licitaciones por parte de Educación. Eso a las empresas les hace más fuertes, porque Educación ahora no tiene ninguna herramienta para hacer responsable a la empresa de nada porque no hay vigencia", argumenta Delgado.

Salchichas frankfurt y pasta de pescado o de carne

La fórmula que se está utilizando ahora en la comunidad, según el portavoz de la plataforma, son "contratos menores, de los que nadie sabe los detalles" y eso "tiene una consecuencia directa" en la calidad del servicio. "Toda esa tormenta ha hecho que vuelvan a aparecer salchichas frankfurt en los menús y pasta de pescado o de carne, que estaban erradicadas. Hay muchas cremas y un uso abundante de huevos para cubrir proteínas", explica Delgado.

El colectivo hace cuatro años que se ofreció a trabajar con Educación "para hacer cambios estructurales» en los contratos del comedor, buscando «un menor riesgo" con las empresas y dando "más peso" a la calidad que al precio. Pero no hubo resultado satisfactorio de ese apoyo. "Nuestra apuesta son los productos ecológicos, de cercanía, pero sobre todo que haya mecanismos efectivos de control y penalizaciones, de tal forma que la acumulación de ellas supongan el cierre de contratos. Ahora no existen sanciones y las empresas tienen vía libre", indica el portavoz.

"Hay irregularidades, no se vigila y no se pide algo tan elemental como un informe de colegio sobre el servicio de la empresa. Las familias son conscientes de que la calidad de la comida no está a la altura en la línea fría (catering) y por eso están volviendo a surgir protestas y movilizaciones. Ven un riesgo para sus hijos y por eso las cocinas propias en los colegios son cada vez más demandadas", dice Delgado.

Según los últimos datos, en Aragón hay unos 180 colegios (públicos y concertados) con cocina propia y 166 que hacen uso de empresas externas (catering). Las cifras, sin embargo, son "más llamativas" por provincias porque en Huesca más de un 83% de los centros ya tienen cocina propia; un 46,4% en Teruel; y un 36,6% en Zaragoza. "En Zaragoza ciudad es donde más sentido tendría la cocina propia y resulta que hay abundante línea fría. En Huesca, sin embargo, a pesar de la diseminación poblacional hay gente que lucha por ese arraigo, por comer bien, con cocina in situ en los centros", apunta Delgado.

Falta de pedagogía

También existe la fórmula de los comedores autogestionados por las familias, como sucede en los colegios Espartidero o Agustina de Aragón, donde "se demuestra que por un mismo precio se come mejor que con la línea fría, ofreciendo producto ecológico y una gastronomía de 3 estrellas", dice el portavoz de la plataforma. "Es una fórmula que sirve de bofetada para demostrar que, con compromiso y gestión, se puede dar mejor calidad", señala.

Otra de las cuestiones a mejorar en el servicio de comedor es la labor pedagógica "que no se hace en ellos", según Delgado. "El comedor es un espacio pedagógico tremendo y las monitoras deberían estar cualificadas educativamente para el trato, servir adecuadamente, no gritar a los alumnos o no obligar a acabar los platos. Ese déficit que hay es importante corregirlo", remarca Delgado.