Consecuencias del adelanto electoral

Las asociaciones ante la paralización de la ley de derecho al olvido oncológico: "La huella física queda, pero hay que eliminar la económica"

Las asociaciones consideran necesaria que la ley de derecho al olvido oncológico sea tramitada en breve por el próximo Gobierno

Concentración y lectura del manifiesto en el Día contra el cáncer.

Concentración y lectura del manifiesto en el Día contra el cáncer. / Jaime Galindo.

Eva García

Eva García

Este martes, 6 de junio, iba a aprobarse una ley que muchos aragoneses estaban esperando, la del derecho al olvido oncológico. Sin embargo, el adelanto de elecciones al próximo 23 de julio, anunciado esta semana por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha hecho que quede paralizada, de momento. Esta norma, que hacía menos de un mes que Sánchez la había anunciado en Sevilla en una reunión con las asociaciones oncológicas, venía a cumplir una reivindicación histórica de los colectivos a nivel nacional, que califican la actual situación de «discriminatoria» a la hora de conseguir un trabajo, contratar un seguro, solicitar un préstamo o una hipoteca. 

Pero no solo es una reclamación española sino que este anuncio tenía como objetivo que se cumpliera un mandato de la Unión Europea que señaló ya en octubre del año pasado, que antes de 2025 todos los países miembros debían tener una ley de derecho al olvido oncológico para que no se tuviera en cuenta el historial de los pacientes cuando hubieran pasado 10 años desde que culminaron el tratamiento o cinco en el caso de los menores de edad. Francia, Portugal, Rumanía, Países Bajos o Italia ya la tienen en funcionamiento desde hace años y «todos los demás tenemos que hacerlo», reconoce Patxi García Izuel, gerente de AECC en Aragón.

«Lamentamos que no salga la ley tal y como se había prometido», señala, ya que esta norma es muy esperada por las más de 2,2 millones de personas a las que se ha diagnosticado un cáncer; y que consideran esencial que no quede una huella que «afecte en lo económico y en lo laboral», ya que bastante queda en lo «emocional y en lo físico, por lo menos que no quede en lo social o lo laboral», ya que es «injusto».

«Me obligaron a poner una foto en el carné de conducir calva, sin pañuelo», afirma Rivas, presidenta de Amac Gema

García Izuel considera además que en los últimos años se han visto situaciones a la hora de incorporarse a la vida laboral que les afecta «negativamente» en el momento de la selección. O que al contratar una hipoteca «no pueden hacer el seguro de vida» porque las compañías no lo llevan a cabo al saber que han tenido cáncer. «Es un drama», reconoce.

Otras cláusulas

También desde Amac Gema, María José Rivas cuenta que hay pacientes muy jóvenes que ven «supeditado» su futuro después de haber superado la enfermedad porque «siempre queda ahí que lo has tenido». Eso provoca que «o no te hagan el seguro, por ejemplo, o que tenga cláusulas diferentes al resto» y pagues mucho más que otra persona. Las reivindicaciones, considera, se han llevado a cabo «a través de la federación española» aunque todas las mujeres y hombres lo «vivimos en nuestras propias carnes». 

Por su parte, desde Aspanoa, que pertenece a la Federación Española de Padres de Niños con Cáncer, también lamenta la paralización de la norma, ya que se trata de una reivindicación que queda en el tiempo que ahora resultará «complicado sensibilizar al entorno político para que salga adelante», señala Juan Carlos Acín, gerente de la asociación. Explica que la Federación consiguió el compromiso para su aprobación pero este adelanto «nos ha dejado descolocados porque es un tema importante no solo para los niños con cáncer sino para todos que están señalados por haber tenido la enfermedad».

En el caso de los menores, asevera, se trata de cinco años después de haberse recuperado o 10 de haberlo padecido pero hay niños que «igual ni se dan cuenta que lo han sufrido y se ven obligados a mentir» para obtener un seguro, «o no se acuerdan» si el diagnóstico fue cuando eran muy pequeños. De ahí, que Acín insista en que «debería estar legislado». Cuando un niño sufre un cáncer con 2 o 3 años «estigmatiza tener que decirlo cuando tienes 30», un momento en el que tienes «la misma incidencia que cualquier otra persona».

La Federación ha publicado un estudio recientemente elaborado por la entidad sobre las consecuencias de no haber legislación sobre el derecho al olvido oncológico en España. El dato más llamativo es que el 41% de los supervivientes de cáncer infantil que intentaron contratar un seguro de salud o de vida fueron rechazados por las aseguradoras.

«Cuando un niño padece cáncer estigmatiza tener que contarlo con 30 años», reconoce Juan Carlos Acín, gerente de Aspanoa

Además, esta situación provoca «discriminación a la hora de poder conseguir un empleo» tras padecer un cáncer cuando uno era pequeño. «Ya sufrió para padecerlo y de mayor otra vez» siendo que con otras enfermedades no se hace, dice. Por eso, considera que «el derecho al olvido es una herramienta buena en la que todos los políticos deberían estar de acuerdo». Y desea que tras las elecciones se retome pero «deberían tener que incluirla la ley todos los partidos para que en el plazo de días se apruebe». 

Lo mismo opina Patxi García Izuel, que espera que el próximo Gobierno «lo acometa lo antes posible» y María José Rivas, que afirma que si «cambia el color político las asociaciones a nivel nacional volverán a insistir en el tema».

El carné de conducir se salva

Lo que sí ha dado tiempo a modificar es el Reglamento General de Conductores ya que hace apenas unos días se actualizaban los plazos que se aplicaban a los afectados de cáncer para renovar el carné de conducir. Anteriormente los pacientes oncológicos tenían que actualizar su permiso cada tres años y hacerlo siempre acompañado de un informe médico de su especialista en el que argumentara las razones por la que dicho paciente era apto para conducir, según publicaba recientemente EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, que pertenece a Prensa Ibérica, igual que este diario.

La homologación con el resto de los conductores llegaba cuando se cumplían los 10 años en remisión completa, momento en el que ya podían hacer la renovación cada 10 años. Era una normativa que se aplicaba a todos los pacientes oncológico y hematooncológicos por igual, salvo a quienes sufrieran trastornos oncológicos con alteraciones graves en los últimos 3 meses o sin informe favorable.

En su caso, eran declarados no aptos y por lo tanto no podían ponerse al volante. Con el cambio, los pacientes oncológicos tienen los mismos derechos que cualquier otro ciudadano que no haya sufrido la enfermedad, ya que renuevan el permiso de conducir cada 10 años hasta los 65 años y cada 5 después de esta edad.

Sin embargo, siguen algunas diferencias, cuenta Rivas, la presidenta de Amac Gema en Aragón. Ella cuando fue a renovarlo (en su caso antes de cambiar la norma, por lo que se lo hicieron por tres años) fue con una foto de antes de comenzar el tratamiento pero «no la permitieron». Tuvo que hacérsela nueva y sin pañuelo, por lo que en el carné de conducir «aparezco calva y ahora ya no lo estoy y tengo melena». Son «pequeñas cosas pero que duelen y te estigmatizan».

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