LA INDUSTRIA AGROALIMENTARIA

Ambar dispara las ventas un 25% y prosigue con su plan de expansión

La inflación y la recuperación del consumo impulsan la facturación a un cifra récord de 212,5 millones de euros, pero se estrechan los márgenes de beneficio por el encarecimiento de los costes de producción

La producción de la cervecera aragonesa crece un 11,3% en 2022, hasta los 0,88 millones de hectólitros, tres puntos y medio por encima de la media del sector en España (7,9%).

La planta de envasado de Ambar en el complejo industrial del grupo en el barrio zaragozano de La Cartuja.  | ÁNGEL DE CASTRO

La planta de envasado de Ambar en el complejo industrial del grupo en el barrio zaragozano de La Cartuja. | ÁNGEL DE CASTRO / jorge heras pastor

El grupo cervecero aragonés Ágora (La Zaragozana), que fabrica las marcas Ambar y Moritz, ha cerrado el mejor de sus más de 120 años de vida en cuanto a volumen de ventas, al tiempo que sigue dando pasos sosegados pero firmes en su plan de expansión por el territorio nacional. Disparó un 25% la facturación el pasado año, hasta una cifra récord de 212,5 millones de euros. El fuerte incremento se explica en parte por el efecto de la inflación, pero también por la recuperación del consumo tras la pandemia. Así lo atestiguan los datos de producción de la compañía, que llegó a 0,88 millones de hectolitros, con un crecimiento del 11,3%, tres puntos y medio por encima de la media del sector en España (7,9%).

En la compañía, propiedad de la familia Roehrich, están satisfechos con estos «buenos resultados», que atribuyen a la reapertura completa del canal de hostelería (Horeca) y a la vuelta a la plena normalidad del consumo tras el periodo turbulento de la crisis del coronavirus. También los vinculan a la positiva acogida que han tenido en el mercado sus lanzamientos de productos, que fabrica en su planta del barrio zaragozano de La Cartuja.

A pesar de ello, 2022 no fue un año fácil para el grupo y el sector cervecero. La espiral inflacionista derivado de la guerra de Ucrania ha pasado factura a este negocio al catapultar los costes de producción, sobre todo por el encarecimiento de las materia primas y la energía. Los precios de todo lo necesario para fabricar y envasar de esta bebida se fueron por la nubes, con alzas de entre el 30% y el 40% en el vidrio, el plástico, el cartón, la cebada o la malta. Esto ha afectado claramente a los márgenes de beneficio de la empresa, que destaca que ha evitado trasladar al consumidor el 100% de la subida de los costes».

A la conquista de Madrid y Barcelona

«La innovación, la mejora continua y la calidad de los productos son nuestras palancas para crecer, y las tres están teniendo la aprobación de los consumidores», afirmó a este diario Sergio Elizalde, director general del grupo Ágora. En este sentido, destacó el éxito de innovaciones como la elaboración de cerveza con lúpulo recién molido, el lanzamiento de Ambiciosa Azahar –elaborada con naranjas de La Aljafería– o la «reinvención» de la 0,0 con la triple cero (sin alcohol, sin azúcar ni emisiones), que se ha extendido ahora a la tostada.

El otro gran pilar de la estrategia de la empresa es avanzar en sus objetivos de sostenibilidad, un ámbito donde ha alcanzado hitos como cubrir el 25% de su consumo eléctrico con las más de 4.000 placas fotovoltaicas instaladas en la cubierta de su fábrica.

La compañía puso en marcha hace una década un plan de expansión para romper las viejas reglas de este mercado, siguiendo el modelo de Estrella Galicia. Ha dejado de ser una cerveza desconocida fuera de Aragón, donde es el líder indiscutible en ventas y un icono social, y actualmente está presente en toda España en mayor o menor medida. En territorios como Navarra, La Rioja o Álava es ya un referente, además de haber calado en otras zonas como Córdoba, Valencia o Castellón.

La conquista del mercado español se intensificó hace seis años con el lanzamiento de la primera campaña publicitaria a escala nacional, donde trata de hacerse un hueco con propuestas atrevidas y diferenciadas. «Nuestra expansión es tranquilla, humilde y razonable. Nos van conociendo poco a poco y a los que nos prueban les gusta nuestra cerveza y repiten», asegura Elizalde. «Ser pequeños cerveceros nos obliga a estar más despiertos que los grandes y a hacer las cervezas como nos gusta, obsesionados con la calidad y siempre pensando en las personas más que en el crecimiento», precisó. Tras convertirse en un referencia en el valle del Ebro, la meta a corto plazo pasa por «estar mucho más presentes en las grandes capitales: Madrid y Barcelona».