UNA ZONA DEGRADADA

El Gancho explota contra su dejadez: "No hay barrio tan guarro como este"

Los vecinos cargan contra la suciedad de las calles y envían una carta al ayuntamiento

Animan a la alcaldesa a visitar la "escombrera municipal" en que se ha convertido el barrio

Un cubo de basura, derribado en una de las calles de El Gancho.

Un cubo de basura, derribado en una de las calles de El Gancho. / EL PERIÓDICO

Hace años que El Gancho se convirtió en un barrio degradado con la okupación, el tráfico de drogas y la prostitución como directores de orquesta de su día a día. La punta del iceberg de esta «dejadez» se erige en forma de montones de bolsas de basura que se agolpan a diario en todos los rincones del barrio, desde la céntrica calle Ramón Pignatelli pasando por sus adyacentes –Cerezo o Zamoray– hasta la calle San Blas o la calle San Pablo. «No hay barrio tan guarro como este», denuncia Javier Magén, presidente de la Asociación de Vecinos Plataforma de Afectados El Gancho-Pignatelli.

Si bien la sensación que reina es de impotencia, estos zaragozanos continúan informando al ayuntamiento de esa «dejadez». «Buenos y olorosos días...», comienza la última misiva dirigida a la alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca, con un toque de sorna e ironía por parte de un miembro de la plataforma que califica de «inhabitable» el casco histórico de Zaragoza o, a su parecer, la «escombrera municipal». «La invito el día que quiera a las 8 de la mañana a dar un paseo y, de paso, tomamos un café. Yo pago, pero en otro sitio de Zaragoza que huela bien», propone este vecino a la regidora.

La estampa por las citadas vías y otros tantos cruces como el de Mosén Pedro Dosset con Casta Álvarez o Broqueleros con San Pablo sume a «todo el barrio» en unas condiciones de salubridad lejos de las que bien merece un centro de ciudad. «Desde la plaza de Toros es un sitio por donde se mueve mucho turismo y da vergüenza que vean cómo está el barrio. Es una dejadez...», critica Magén, lamentando asimismo que la cartelería repartida por toda la zona para «concienciar a la gente» no ha tenido el efecto deseado.

Posibles movilizaciones

Por el momento, ya han mantenido una reunión con el nuevo concejal de la Junta de Distrito y ahora esperan que el Ayuntamiento de Zaragoza les reciba en el consistorio para tratar de poner remedio a este «problema». «Si no nos reciben, cogeremos todas estas bolsas de basura y las esparciremos a las puertas del ayuntamiento», zanja el presidente de la asociación de vecinos.

Llueve sobre mojado para la plataforma, que llama a «intensificar las labores de limpieza y crear una Brigada Especial para las basuras» en aras de finalizar con un problema que ya no es comunitario sino «a nivel de cada portal». En este sentido, los vecinos consideran que el ayuntamiento debería instalar cubos comunitarios en las vías principales, aunque esta demanda ya ha sido tildada de «inviable» dada la trazabilidad de las calles.

De todos modos, los vecinos son conscientes de que estos montones de basura que inundan las calles son solo la punta del iceberg de todos los problemas derivados de la okupación. Así sucede en tres edificios de la calle Cerezo y otros dos de Pignatelli y San Blas donde «todavía se sigue traficando». «En Europa, el problema está en las periferias, pero aquí lo tenemos en el centro», finaliza Magén.