SEGURIDAD CIUDADANA

La "inseguridad" en el medio rural de Aragón se dispara con el aumento de robos en casas

Estos hurtos se han duplicado en un año en la provincia de Huesca con 106 infracciones

Es una sensación propia de los pueblos y que genera «alarma social» entre sus vecinos

La Operación Cromajo de la Guardia Civil esclareció un oleada de robos cometidos a principios de año en la Hoya de Huesca y el Somontano.

La Operación Cromajo de la Guardia Civil esclareció un oleada de robos cometidos a principios de año en la Hoya de Huesca y el Somontano. / GUARDIA CIVIL

Hace tiempo que los vecinos del medio rural de Aragón claman por la falta de seguridad en las calles de sus pueblos y ese «mal endémico» por el que no dejan de sufrir robos en sus viviendas, explotaciones agrícolas y cualquier otro rincón apetitoso a gusto de los amigos de lo ajeno. Esta sensación de «inseguridad» ha vuelto a quedar constatada con el Balance de Criminalidad del primer trimestre publicado por el Ministerio del Interior que, en el caso de Aragón, refleja un incremento del 27,8% en los robos con fuerza en domicilios. Quien peor parado sale del balance es la provincia de Huesca, donde este tipo de hurtos se ha disparado por encima del 100% (103,8), de modo que se ha duplicado desde los 52 de este mismo periodo en 2022 hasta los 106 de este año.

No es para menos porque el año comenzó con una oleada de robos en las casas de varios pueblos de La Hoya de Huesca y el Somontano –Bierge, Blecua, Pozán de Vero, Adahuesca, Monflorite, Fañanas, Sesa y Alcalá del Obispo– hasta que la Guardia Civil detuvo en marzo a dos albaneses de 27 y 35 años en el marco de la Operación Cromajo. También quedaron registradas denuncias por robos en cuatro viviendas de Banastás y otras siete de Binaced.

Precisamente, este tipo de robos en pequeñas localidades genera una sensación de «inseguridad» por el efecto «altavoz» que rápidamente se propaga entre los lugareños con los chascarrillos a la fresca o en la barra del bar. «Es una tipología delictiva que en los pueblos causa alarma social, y es que no son hechos aislados porque siguen subiendo año tras año», explica el secretario de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), Marcial Álvarez.

Lo cierto es que para paliar esta tendencia al alza –entre enero y marzo de 2021 se contabilizaron 39 robos en domicilios– no solo no van a llegar más guardias civiles a la provincia de Huesca sino que, a partir de septiembre, la plantilla se va a ver mermada en hasta 60 agentes. Desde la AUGC concretaron a este diario que los movimientos previstos para el próximo mes van a provocar la marcha de 80 efectivos y la llegada de otros 20.

"Es el hándicap con el que contamos: dar seguridad a mucho territorio. Y, ante la falta de personal y la falta de presencia policial, aumenta la tasa delictiva"

Marcial Álvarez

— Secretario de la AUGC

Con todo ello, desde el sindicato siguen insistiendo en la falta de agentes desplegados a lo largo y ancho de Aragón, concretamente, en los 45.300 kilómetros cuadrados que corresponden a la demarcación regional del Instituto Armado. «Es el hándicap con el que contamos: dar seguridad a mucho territorio. Y, ante la falta de personal y la falta de presencia policial, aumenta la tasa delictiva», justifica el secretario de la AUGC.

De hecho, no solo han aumentado los robos en las casas sino que también ha crecido el delito que, junto a las viviendas, engloba también a los establecimientos y otras instalaciones: 15,9% en Aragón y 62,2% en la provincia de Huesca. Especialmente sonada fue la oleada de robos en las iglesias de varios pueblos de Los Monegros como Albalatillo, Grañén, Huerto, San Lorenzo del Flumen, Sangarrén y Valfonda de Santa Ana. Al final fueron detenidas dos personas a las que se les atribuyeron otros tantos hurtos en iglesias de las Cinco Villas y la provincia de Teruel.

"En pueblos pequeños"

Apenas unas semanas antes fueron asaltadas varias explotaciones agrícolas y de granjas en Pomar de Cinca y Alcolea de Cinca con el consiguiente robo de tractores y aperos agrícolas e incluso se llevaron sistemas de navegación GPS de tractores en Ballobar, Torres de Barbués o Villanueva de Sijena. «Son bandas itinerantes que arrasan el mayor número de pueblos que les da tiempo. En estos pueblos pequeños hay mucha explotación agrícola», expone Álvarez.

Esta radiografía numérica responde a una concatenación de factores que el Justicia de Aragón pormenorizó hace unos meses con el Informe Especial sobre Seguridad en el Ámbito Rural. Entre ellos, el citado estudio constataba esa «inseguridad» debido a la falta de guardias civiles, una mala distribución de los 122 cuarteles que la Guardia Civil tiene desplegados en el territorio y la detracción de los Equipos Roca a otras unidades de seguridad ciudadana. Se trata de un análisis en el que continúan insistiendo sindicatos como la propia AUGC aunque son conscientes de ahora mismo es una «quimera» porque requeriría de una decisión política «valiente».

En esta línea se pronuncia el secretario de la AUGC aludiendo a una reorganización de puestos ya que, a su juicio, carece de sentido disponer de sendos cuarteles en Boltaña y Aínsa cuando ambas localidades están separadas por menos de diez kilómetros y existe una «buena» comunicación entre ellas. Casi lo mismo que entre Morata de Jalón y Sabiñán.

Con la organización actual de cuarteles de la Guardia Civil se suceden algunos episodios rocambolescos como, por ejemplo, durante la detención de un joven marroquí al apuñalar a un vecino de Alpartir durante la celebración de las fiestas patronales. Fueron los agentes del Puesto de La Almunia de Doña Godina quienes se hicieron cargo de la actuación, si bien tuvieron que participar los de Brea de Aragón (a casi una hora de distancia) para trasladar a un herido al centro de salud de La Almunia.