UN PROBLEMA DE CONVIVENCIA

Racismo en Zaragoza: "Negros, ¡fuera de aquí!"

Una familia gambiana denuncia el racismo que sufre en un bloque de pisos de Miralbueno hasta el punto de que les quemaran sus balcones

«Es muy peligroso quedarse ahí y no queremos volver porque tenemos muchos miedo», dicen

átima, la madre de esta familia gambiana, en el despacho de Kiitika Abogados situado en Zaragoza. | JAIME GALINDO

átima, la madre de esta familia gambiana, en el despacho de Kiitika Abogados situado en Zaragoza. | JAIME GALINDO / a. t. b.

Hay un edificio del barrio de Miralbueno de Zaragoza donde parece que la convivencia y el respeto a los demás brillan por su ausencia con episodios diarios de racismo al grito de «negros, ¡fuera de aquí!» y lanzamientos de «trapos envueltos en llamas» que acaban en el incendio de balcones. Este ha sido el detonante que ha llevado a una familia de gambianos a abandonar el inmueble de Zaragoza Vivienda donde residían desde hacía cinco años dada la discriminación que han denunciado sufrir por parte de unos vecinos de «etnia gitana». Incluso antes de desencadenarse ese fuego ya habían recibido una nota escrita a mano –lla e visto a tu madre hos voy a quemar las ventas adiós malparidas y malparidos– que los presuntos agresores deslizaron sobre la repisa de una de las ventanas de su domicilio. «Es muy peligroso quedarse ahí y no queremos volver porque tenemos mucho miedo», admite Fátima, la madre de los afectados.

A lo largo de este tiempo han tenido que hacer frente a todo tipo de «amenazas» –también con «armas de fuego»– e «insultos racistas» hasta que la situación se precipitara durante este pasado mes de julio con cuatro incendios en el balcón de su vivienda agravados por la cortina allí desplegada. «Yo lo aguanté porque pensaba que había límite, pero...», suspira Fátima, quien dice no haberse puesto antes en manos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado «por si se calmaban». En todas estas actuaciones se personó una dotación de Bomberos del Ayuntamiento de Zaragoza y otra de la Brigada de Seguridad Ciudadana de la Jefatura Superior de Policía de Aragón que, en todo momento, les informaron de la posibilidad de formular denuncia. La familia no lo hizo hasta el 23 de julio tras el cuarto incendio que, al igual que en anteriores ocasiones, les dejó «llorando», «asustados» y con cuadros de «ansiedad».

Desde entonces consta una denuncia ante la comisaría de Delicias de la capital aragonesa y, por el momento, ya se han puesto en manos de los servicios jurídicos que presta Kiitika Abogados. «Es un delito de odio y una situación que se tiene que saber qué está pasando. No va contra los gambianos, va contra los negros», expone Iván Aybar, abogado del despacho y doctor en Derecho especializado en delitos de odio y de discriminación. «Es un episodio de racismo y de odio al diferente», añade Virginia López, su compañera de despacho.

Ante esta situación, las víctimas han decidido abandonar el citado edificio y, como Zaragoza Vivienda no les ha facilitado una nueva residencia, se han realojado en sendos pisos de familiares y amigos. Mientras que los gambianos dicen encontrarse por respuesta las «vacaciones» de la sociedad municipal, fuentes del organismo negaron rotundamente estas afirmaciones y aludieron a la falta de vivienda para su realojo. «No era urgente porque ellos habían encontrado soluciones provisionales y en septiembre se tratará de encontrarles una vivienda», explicaron a este diario.

Esta es la nota que dejaron los agresores a la familia antes del cuarto y último incendio.

Esta es la nota que dejaron los agresores a la familia antes del cuarto y último incendio. / EL PERIÓDICO

Lejos de ese edificio de Miralbueno, la familia trata ahora de recuperar la normalidad ya sin el «miedo» y los episodios de «ansiedad» que provocaban esas amenazas e incendios. Lo hacen con incertidumbre porque hay «muchas cosas que van más allá de la vivienda» como, por ejemplo, la matrícula escolar de sus hijos en un centro educativo u otro en función del barrio donde esperan que les reubique Zaragoza Vivienda a la mayor celeridad posible.

Mientras llega esta solución, han recuperado la esperanza de la mano de Kiitika Abogados, si bien desde este despacho de abogados sospechan que el asunto todavía no se ha judicializado. Ahora sus esfuerzos se centran en averiguar si la causa ya está en manos del juzgado y sopesan enviar un escrito al Justicia de Aragón informando de la situación. «Han intentado quemar la vivienda con ellos dentro», insisten.

"Tiene que haber actuaciones de mediación y comunicación por parte de las entidades subvencionadas que deben prevenir y mediar en este tipo de conflictos"

Iván Aybar

— Abogado de la familia

Es evidente que esta familia de gambianos no va a volver a este edificio de Miralbueno, pero es posible que otros lo hagan de aquí a unos meses, semanas o incluso días. Por eso Aybar considera que «hay que mediar» y enseñar a los residentes que «no son los dueños del edificio». «Hay que trabajar con esas familias. Tiene que haber actuaciones de mediación y comunicación por parte de las entidades subvencionadas que deben prevenir y mediar en este tipo de conflictos», señala Aybar.

Desde la Asociación de Gambianos en Aragón ya han mostrado su repulsa y no descartan iniciar «movilizaciones». «Estamos indignados y muy cabreados. Hay Policía y hay Justicia, y ellos tienen que actuar ante una cosa así. Queremos una buena convivencia, paz y respeto entre todos», confiesa Mahamadou Sissoko, presidente de la entidad.