Perspectivas del nuevo año

Economía | La automoción aragonesa ‘se enchufa’ al futuro eléctrico

La comunidad acaricia la gigafactoría de baterías de Stellantis, un proyecto donde se juega el porvenir del sector

Imagen de archivo del taller de montaje de baterías de la planta de Stellantis en Figueruelas.

Imagen de archivo del taller de montaje de baterías de la planta de Stellantis en Figueruelas. / Jaime Galindo

El sector del automóvil está inmerso en una encrucijada, con grandes retos tecnológicos y ambientales a los que debe dar respuesta. No hay duda de que el futuro del coche es eléctrico, al menos a día de hoy. A partir de 2035 no se podrán vender en Europa turismos que emitan dióxido de carbono, lo que implica el fin de los motores de combustión, incluidos los híbridos. Aragón trata de no perder comba en este cambio de ciclo y juega sus bazas para consolidarse como uno de los principales productores de esta industria a nivel nacional y europeo. Va camino de conseguirlo, gracias a la apuesta del grupo Stellantis por producir en la comunidad tanto vehículos cero emisiones como baterías. Esos proyectos milmillonarios, sin embargo, no están amarrados al cien por cien. Falta la guinda de las ayudas públicas para acabar de cerrar los planes de inversión.

La decisión final de la empresa sobre la electrificación completa de la fábrica de Figueruelas y la instalación junto a esta industria de una gigafactoría de baterías se conocerán en los próximos meses. Todo depende de que clarifiquen los incentivos del Ministerio de Industria para acometer ambos proyectos. En juego hay inversiones que podría superar los 3.000 millones de euros y la creación de miles de puestos de trabajo, lo que compensaría la previsible pérdida de mano de obra que se espera que sufra el sector en los próximos por el salto a la movilidad eléctrica, menos intensiva en fuerza laboral, y la menor demanda de coches.

Por un lado, está a punto de resolverse la convocatoria de ayudas de segundo Perte VEC (vehículo eléctrico y conectado) dirigida a potenciar la producción de estos nuevos modelos en España. En esta caso, la compañía presentó una propuesta conjunta para las fábricas de Figueruelas y Vigo que tiene como objetivo la electrificación completa de ambas factorías. Ese salto se espera dar con la instalación en las dos plantas de las nuevas plataformas industriales del grupo, la STLA Small, que será el estándar para todos los modelos pequeños de las marcas de la multinacional a partir de 2026. La adjudicación de este sistema productivo a la planta zaragozana se da casi por hecha, al ser uno de los compromisos que la compañía alcanzó con los sindicatos en el último convenio colectivo.

A por el tercer Perte VEC

Más incertidumbre genera la construcción en tierras aragonesa de la que sería la cuarta gigafactoría en Europa del gigante automovilístico que lidera Carlos Tavares. El sí definitivo de la empresa no ha llegada después de que el espaldarazo del Estado al proyecto estratégico se cerrara en falso hacer tres meses, en la convocatoria para baterías del Perte VEC II. El denominado proyecto Antares se adjudicó 55,9 millones de euros, una cuarta parte de los fondos a los que aspiraba la multinacional y de las subvenciones concedidas por el ministerio a propuesta similares en otras comunidades autónomas. Ni desde el ministerio ni desde la empresa precisaron las causas exactas del descosido en las ayudas, que obedeció a razones técnicas de la convocatoria. Stellantis no cumplió con los requisitos exigidos para hacer con una mayor parte del pastel.

A pesar del traspiés y el enfado que esto generó en el cuartel general del grupo, que abarca 14 marcas automovilísticas, la compañía no ha tirado la toalla todavía. La nueva ventana de oportunidad para acabar de atar esta gran inversión será la tercera edición del Perte VEC, que se espera lanzar en a principios de 2024. En manos del catalán Jordi Hereu, al frente de la cartera de Industria desde el pasado mes de noviembre, recae ahora la responsabilidad de amarrar la inversión.

Tanto el Ejecutivo central como el autonómico son optimistas y confían en dar una salida un proyecto trascendental para Aragón. De ello depende que se pueda asegurar el futuro a largo plazo de la industria del automóvil en la comunidad, un sector que es columna vertebral de la economía y el empleo a nivel autonómico. Pero también es de vital importancia para España, pues es clave para anclar a su mayor fabricante de coches, que con tres factorías de Zaragoza, Vigo y Madrid aglutina casi el 40% de la producción nacional.

¿A la tercera irá la vencida? La comunidad confía en que se cumpla el refrán tras ver escapar dos proyectos de gigafactoría que promovía Seat-Volkswagen y Tata Motors, que optaron finalmente por instalar este industria en Sagunto (Valencia) y el Reino Unido.

Tres coches eléctricos en Figueruelas

No han sido unos años fáciles para el sector del automóvil, tanto en Aragón como a nivel nacional y mundial. La incertidumbre ha sido una constante desde que estallido de la pandemia, que paralizó la producción de las fábricas, a lo que siguió la crisis de los microchips, que condicionó sobremanera la actividad. A pesar de las adversidades, la comunidad goza de una buena posición de cara al futuro por haber metido cabeza en la carrera del coche eléctrico.

Stellantis Figueruelas marca el ritmo y el paso a la mayor parte de la industria local del motor, que emplea a más de 26.000 trabajadores y aporta por sí sola el 6% del PIB de Aragón. La fábrica zaragozana acabó el año con 365.739 vehículos, sin apenas variaciones respecto a las 365.263 unidades que se hicieron en el curso anterior. De lo que no cada duda es que la planta sigue dando pasos hacia la movilidad eléctrica. Ya produce dos modelos enchufables –el Opel Corsa-e y el recién llegado Peugeot e-208– y en primavera lanzará el tercero, el Lancia Ypsilon.