LA REVUELTA DEL CAMPO

Las organizaciones agrarias defienden "la unión del sector" en el estallido del "hartazgo y la frustración"

UAGA, UPA, Araga y Asaja presentan un calendario de movilizaciones "sin fecha límite" y anuncian su adhesión a las concentraciones "espontáneas"

Las asociaciones reclaman mayor acción por parte de las instituciones y señalan que las revueltas "ya estaban advertidas a los políticos, que no han hecho nada por el sector"

Azcón apoya las "reivindicaciones" de los agricultores porque tienen "todo el sentido"

Los representantes de las organizaciones agrarias, este lunes en el anuncio de las movilizaciones.

Los representantes de las organizaciones agrarias, este lunes en el anuncio de las movilizaciones. / JAIME GALINDO

Sergio H. Valgañón

Sergio H. Valgañón

La chispa de las revueltas del campo está muy cerca de convertirse en un incendio para las instituciones. Las organizaciones agrarias de Aragón presentaron un calendario de movilizaciones «sin fecha límite» y anunciaron su unión a las protestas espontáneas nacidas lejos de las siglas. UAGA, Asaja, Araga y UPA mostraron su unidad, criticaron la «inacción» de los responsables políticos y recordaron que todo este movimiento «ya había sido advertido» y solo simboliza «el hartazgo y la frustración del sector». 

«Hay que reivindicar el sector y explicarle a la sociedad que o se cambia o habrá un problema para la agricultura en Aragón», manifestó el secretario general de UAGA, José María Alcubierre, que criticó que en los últimos tiempos «han crecido los costes de producción, no han llegado ayudas y se ha cambiado a una PAC peor, que ha sido la gota que ha colmado el vaso». El representante de UAGA también censuró «las normativas absurdas» y consideró que «ni Europa, ni Planas ni Samper han hecho los deberes con el sector». Alcubierre defendió las manifestaciones de los últimos días, «rebelados de forma automática», y aseguró que las protestas nacen por «el acoso y derribo que sufre el sector primario».

El objetivo de las organizaciones agrarias, que mostraron su unión y tendieron la mano a esos «espontáneos» que se movilizaron en las últimas horas, es «canalizar el hartazgo y la frustración y llevarlo todo en la misma dirección».

Por otro lado, Ramón Solanilla, secretario general de Asaja, lamentó «las políticas erróneas» ejecutadas por las administraciones en los últimos tiempos, que nacen porque «se legisla sin tener en cuenta la realidad». «Es todo fruto del hartazgo y del cansancio del sector», admitió Solanilla, que reclamó «menos burocracia, para perder menos tiempo en unos documentos que no sirven ni para la legislación ni para el medio ambiente». Esta es una de las reivindicaciones de las organizaciones, compartida con los espontáneos, y cargada de crítica hacia «la importación de productos que vienen de países con menos normativa laboral y medioambiental».

Respecto a Europa, «la preocupación por las leyes puede ser la puntilla para algunas explicaciones», declaró Solanilla, que criticó las nuevas propuestas en materia de bienestar animal. El secretario general de Asaja señaló el problema de los precios, «que ha incrementado los costes de producción y afectando al consumidor». El calendario, por ahora, es «indefinido y sin límite de movilizaciones».

El secretario general de UPA, José Manuel Roche, destacó la unión de las cuatro organizaciones agrarias y aludió a que los problemas son«estructurales» y «comunes» a todos los profesionales del sector. «El volcán ha explotado», afirmó Roche, que destacó que el año pasado fue «el más caro de la historia», culpando a los «elevados costes» de ser la guinda a este fatal pastel. El representante de UPA defendió a la agricultura española y aragonesa de los ataques en la frontera conFrancia, asegurando que el agricultor español «cumple con los mismos criterios de producción que el resto de la UE». 

En último lugar, Federico Lorente, presidente de Araga, defendió el mismo argumento contra los ataques que llegan desde el otro lado de la frontera y aseveró que era el momento de «canalizar el hartazgo y dejar de poner en riesgo el modelo productivo». Lorente pidió la activación de las «cláusulas espejos, para que exista la normativa en terceros países» y exigió a la Administración que «se ajuste a la realidad y al modelo productivo, dando más apoyo en vez de seguir mermando al sector». 

El presidente del Gobierno, Jorge Azcón, mostró su apoyo a "las reivindicaciones" de los agricultores porque "tienen todo el sentido", pero reconoció que preferiría que la protesta "no genere inconvenientes al resto de ciudadanos".

Sin las organizaciones agrarias

La particularidad de esta nueva revuelta del campo se refleja en quién está detrás de las movilizaciones. Las organizaciones agrarias se han sumado, tal y como reflejaron sus líderes, a un movimiento surgido de forma «espontánea», que huye de las siglas y se organiza por redes sociales

Las reivindicaciones, aunque no tan concretas como las defendidas por los representantes del sector, sí que comparten una línea similar que señala a las administraciones y a la Unión Europea. Así, los profesionales fuera de las organizaciones claman contra la normativa medioambiental que llega desde Bruselas, contra la carga burocrática y contra la ley de bienestar animal, aludiendo a la relajación de sus límites e incluso su eliminación.

Los agricultores y ganaderos reclaman, además, ayudas para hacer frente a los crecientes costes de producción, que se apoye el relevo generacional y se acabe con los productores que trabajan a pérdidas. El fin último de las reclamaciones es conseguir que las administraciones se pongan al lado del sector. 

El consejero de Agricultura, Ganadería yAlimentación del Gobierno de Aragón, Ángel Samper, se ha puesto este lunesal lado de los agricultores llamando a «la sensatez» y señalando que «la Unión Europea no va a doblar la rodilla si se sale individualmente a la calle, las cosas se arreglan con las organizaciones unidas». 

Para Samper, las actuales normativas y la PAC «no se han puesto de manifiesto para poner en valor el territorio sino para ir contra él». El consejero de Vox marcó su postura contraria a la UE, como hacen muchos profesionales del sector, argumentando que «la política verde de Europa debe entender que lo verde es garantizar llevar los alimentos con seguridad alimentaria hasta la mesa».