Los retos de una economía en transformación

Aragón se estanca desde 2013 en empleo tecnológico y quiere coger el tren de la IA

La comunidad es la quinta en cuanto al peso relativo de estas ocupaciones con un 8,7%, pero apenas ha crecido desde 2013 frente al alza de Málaga, Madrid o Barcelona, que han aprovechado sus oportunidades

Un informático recopila datos en su terminal, en una imagen de archivo.

Un informático recopila datos en su terminal, en una imagen de archivo. / Peter Steffen

Demasiadas oportunidades perdidas. El empleo tecnológico, y en especial el que más cualificación requiere, no sigue la curva al alza que debería en Aragón. Lo refleja el informe de la Fundación Cotec, que deja a esta tierra como la quinta comunidad autónoma en el ranquin nacional con un peso relativo del 8,7% pero con unas cifras estancadas desde hace una década. Mientras Madrid, Guipúzcoa, Málaga o Barcelona ganan enteros, Zaragoza –epicentro tecnológico aragonés– pierde fuelle con un ritmo de crecimiento muy inferior a la media nacional tras mejorar tan solo un 0,3% en una década (supone 27.184 nuevos afiliados cuando el paro ha pasado del 20,6% al 7,8%). Las causas de esta parálisis hay que buscarlas en malas decisiones estratégicas, la pérdida de proyectos por falta de manos y una baja escala salarial que ahuyentó al personal durante años pese a que la alta demanda ha reconvertido al sector en uno de los mejor remunerados a fecha de hoy.

«El crecimiento es muy lento y vivimos de rentas porque el estudio contempla empleos innovadores en automoción, farmacia, etc. De hecho, estimamos que el 80% del empleo de profesionales digitales está en el ámbito productivo, pero no es TIC», explica Antonio Novo, presidente del clúster IDiA (Investigación, Desarrollo e Innovación en Aragón) y líder de la Alianza Europea de Clusters, en referencia a que el informe de Cotec es de amplio espectro, ya que utiliza los datos de afiliación a la Seguridad Social de las 13 ramas laborales más intensivas en tecnología. «Hemos perdido proyectos por falta de empleados y porque muchas empresas contratan su desarrollo de proyectos fuera de Aragón. Es una lástima porque otros como Málaga sí que han sido capaces de asimilar esa demanda», dice Novo.

El ejemplo está en el idilio de Google con Málaga, donde el gigante de Silicon Valley ha abierto su primer centro especializado en ciberseguridad de Europa empleando a 100 ingenieros informáticos especializados en la materia. Si eso será replicable es la gran incógnita de las mastodónticas inversiones en centros de datos de Amazon Web Services y Microsoft en Aragón, que prometen disparar el empleo.

Viene bien el calor de esas inversiones, dicen en el Gobierno de Aragón, pero más importante es «ir por delante con una apuesta por el empleo tecnológico similar a la que se hizo un día con la logística o las renovables». «Vamos a poner toda la carne en el asador con la recualificación de perfiles profesionales a través de la FP, la universidad y la formación no reglada», señala a este diario la vicepresidenta y consejera de Economía, Mar Vaquero.

La exigencia del sector es ampliar la formación de los estudios relacionados con estos empleos. El Gobierno de Aragón y la Universidad de Zaragoza han recogido el guante al ampliar en 50 plazas el grado de Ingeniería Informática. «Pero necesitamos mucho más», coinciden Félix Gil, presidente del clúster Tecnara y CEO de Integra, y Antonio Novo.

La Inteligencia Artificial (IA)

Vinculado a los datos está el próximo tren: se llama Inteligencia Artificial (IA) generativa y las voces autorizadas del sector advierten de que esta es una oportunidad que no puede perderse. «Es entendible que el mercado va mucho más rápido que las instituciones, pero tenemos que intentar adaptarnos a esta revolución de los asistentes y copilotos de software como Chat GPT, llamados a agilizar las tareas de programación y rutinarias de los empleos tradicionales, como el uso de documentos», apunta Félix Gil.

Las incógnitas que genera esta revolución digital radican sobre todo en la destrucción de empleos por la agilidad de trámites y procesos que permitirá. «La sociedad y los puestos de trabajo se van a tener que transformar. Todas las revoluciones tecnológicas han cambiado el panorama laboral, pero siempre se crean más empleos de los que se destruyen. Lo que tenemos que hacer es dotar de formación y sensibilizar mucho a las empresas y a los empleados», dice Gil. «La IA no te va a quitar el trabajo, pero la persona que sepa utilizarla, sí», subraya Antonio Novo.

Las características laborales de un sector con convenios atrasados

Esa alta demanda existe ahora, porque hasta la pandemia el sector era poco apetitoso para los buscadores de trabajo. «La calidad del empleo es cíclica. Hubo un boom del sector en el año 2000 y mejoraron las condiciones en el sector, pero en la crisis financiera, como los grandes clientes de las tecnológicas son las instituciones y los bancos, todo empeoró», explica Gerardo Montori, secretario general de la federación de Servicios de CCOO Aragón.

«El gran problema es el convenio, muy de mínimos con muchas de las categorías rozando el salario mínimo. Hay mucha rotación, por lo que se salta de una empresa a otra según la oferta salarial, y los trabajadores cuentan con complementos negociados por su cuenta que absorben las subidas salariales negociadas en convenio. En épocas estables está bien, pero cuando llegan las vacas flacas...», dice Montori, que señala la falta de prevención de riesgos y desconexión digital en el teletrabajo y las guardias como otros males a corregir. La plantilla de la consultora tecnológica DXC, con un millar de empleados en Aragón, mantiene un conflicto laboral con la multinacional con convocatorias de huelga desde el 21 de marzo. 

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