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Crónica política: El primer acelerón y los baches de siempre

El vicepresidente primero Alejandro Nolasco y el presidente Jorge Azcón, este jueves en el pleno.

El vicepresidente primero Alejandro Nolasco y el presidente Jorge Azcón, este jueves en el pleno. / LAURA TRIVES

Sergio H. Valgañón

Sergio H. Valgañón

Sonreía todo el gabinete de Jorge Azcón, incluido el presidente, el pasado miércoles al punto de la mañana. El anuncio del complejo Clave, una inversión de 469 millones de euros del grupo Costa para impulsar la logística y la agroalimentación en Villamayor de Gállego, era una noticia única. La felicidad en el rostro del líder del Ejecutivo se quedó hasta el preciso momento en el que fue preguntado por su vicepresidente, el líder de Vox Alejandro Nolasco, y sobre su comparecencia en el pleno de jueves en torno a las declaraciones sobre el islam.

No gusta, ni a este ni a ningún Gobierno, anunciar uno de los grandes proyectos de la legislatura y que quede eclipsado en todos los escenarios por las salidas de tono de uno de los miembros del Ejecutivo. El fuego lento con el que se manejó durante meses la inversión de Costa fue menú de un día: ni siquiera pudo rentabilizar ante la oposición una iniciativa que puede impulsar –aún más– dos de los principales vectores económicos de la comunidad.

Porque le tocó a Azcón asumir el jueves el papel más centrista y moderado de toda la legislatura hasta la fecha, plantando a Nolasco en todo momento. Incluso en los gestos, ya que la constante conversación que ambos comparten en la bancada del Gobierno durante las sesiones plenarias se convirtió en tímidos intercambios momentáneos.

El matrimonio de conveniencia, como son todos los Gobiernos de coalición, que han firmado PP y Vox ha encontrado en las últimas semanas uno de sus baches. La política migratoria es obsesión de la ultraderecha en todo el territorio nacional y Aragón no iba a ser menos. En el PP, la postura es bien distinta: los derechos sociales, la migración y la violencia contra la mujer, la parte más social de las decisiones que debe tomar un Ejecutivo, no se tocan. Incluso el presidente recuperó aquello de «los partidos de Estado» para recordar al PSOE que en Europa piensan lo mismo en la materia y en La Aljafería también deben hacerlo. Contrasta, en profundidad, con la dureza con la que el PP se sigue empleando contra los socialistas por el liderazgo de Sánchez.

Las fricciones propias de cualquier Ejecutivo con varios colores se han destapado en las últimas semanas y todas responden a las actuaciones del vicepresidente primero. Defienden los que mejor le conocen que es porque no rehuye a ningún tema, que no evita preguntas. Amparado en la postura de la libertad y la diferencia de las dos formaciones, Nolasco opina y, según afirma el propio vicepresidente, ni Azcón ni él se piden permiso para decir lo que piensan. Por mucho incendio que pueda generar la palabra.

Dentro y fuera del Pignatelli, y en los grupos parlamentarios de todos los colores, señalan el ascenso interno de Nolasco en Vox a este afán por dar su versión de todos los temas de actualidad. Y que el ritmo no tiene pinta de bajar cuando España atravesará tres complejos procesos electorales en País Vasco, Cataluña y Europa. Ahí también será cara reconocible de la ultraderecha por todo el país el propio Nolasco, cuyo entorno rechaza ligar el cargo de vocal en la Ejecutiva nacional de Vox con el aumento de la dureza en el discurso.

Paradójicamente, la vida fuera del Gobierno fluye aún más que en las paredes del Pignatelli. PP y Vox van a una en la mayoría de proposiciones no de ley y mociones que llegan a debatirse en el pleno. Al principio de la legislatura costó más actuar en unidad, con la ultraderecha tensando la reacción del PP, en una especie de examen a los primeros meses de convivencia. Las diferencias existen, de nuevo, con los derechos sociales, la migración o la violencia de género, pero hoy el voto en La Aljafería tiene el mismo color con los dos principales partidos del Gobierno. Nota aparte es el PAR, en la eterna búsqueda de ser apreciado por propios y extraños. Por lo que pueda pasar en un futuro.

Toda legislatura es un viaje y el Ejecutivo de Azcón encontró en la inversión de Costa un importante acelerón. En Nolasco y su palabrería, baches. Cinturón y precaución, que quedan tres años de camino.

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