IRENE VALLEJO

La inesperada despedida en aragonés de un estudiante japonés a Irene Vallejo: "Me dejó patidifusa"

La escritora zaragozana está en Japón promocionando la edición japonesa de su obra 'El infinito en un junco'

Irene Vallejo, en el teatro romano de Zaragoza, en una imagen de archivo

Irene Vallejo, en el teatro romano de Zaragoza, en una imagen de archivo / Toni Galán

La escritora zaragozana Irene Vallejo sigue traspasando todas las fronteras imaginables con El infinito en un junco (Ediciones Siruela, 2019). Cinco años después de su publicación, la magna obra que recorre los 30 siglos de historia del libro ha supuesto una auténtica revolución en el mundo editorial nacional e internacional. No faltan pruebas de ello. Aclamada por la crítica -bien de expertos, bien de lectores-, el triunfo descomunal del volumen de 500 páginas se pueden resumir además en algunos datos.

El primero es que se cuentan por medio centenar las ediciones escritas en castellano, todo un hito que da cuenta de la acogida entre el público patrio. "De la mano de mi tribu del junco, el libro acaba de atravesar el umbral inaudito de las 50 ediciones. Gracias, mi gente juncal, por hacer que lo impensable se vuelva imparable. Amor infinito", escribía la propia Vallejo el pasa lunes en su cuenta oficial de X.

Pero el calibre de lo "impensable" también se mide en las más de 40 lenguas en que se ha traducido El infinito en un junco. La última es la japonesa.

Un estudiante japonés que sabe aragonés

La zaragozana precisamente se encuentra en Japón desde el pasado 6 de marzo para promocionar la edición japonesa de la mano de Yuko Mita, su traductora en el país nipón.

Una visita que está aprovechando de manera intensa, a juzgar por sus publicaciones en la red social X, que le ha llevado a reunirse con Javier Fernández, director del Instituto Cervantes en Tokio; diálogos compartidos con Yukiko Konosu, traductora de escritoras como Virginia Woolf; visita a librerías, firma de libros o estancias en la espectacular Universidad de Kobe.

Fue precisamente allí donde Vallejo se llevó una grata sorpresa gracias a un estudiante nipón...¡que sabía aragonés! "Al presentar el junco en Kobe conocí a un estudiante que vivió en Zaragoza gracias a un intercambio", comienza relatando la escritora. Y aquí viene la primera de las sorpresas. "Vino con una gruesa gramática de aragonés. Me contó que se animó a estudiarlo", relataba en su publicación.

Un detalle que Vallejo no dudó en halagar, como amante de las letras y de las lenguas, a aquellas personas que tienen su misma filia "sin reparar en su número de hablantes, con sensibilidad".

Pero la sorpresa no iba a quedar aquí. La escritora añadió a continuación la forma en la que este joven se despidió de ella tras la presentación de El infinito en un junco. "Se despidió con un 'a plantar fuerte' que me dejó boquiabierta y patidifusa", comentaba asombrada la zaragozana. Una expresión aragonesa que desea a la otra persona que continúe bien y sano.