La crónica del UCAM Murcia-Casademont Zaragoza: otra oportunidad al limbo (79-74)

En un mal partido entre dos equipos que fallaron más que acertaron y jugaron peor que mejor durante buena parte del duelo, al final ganó el menos malo. Y ese fue el UCAM Murcia (79-74), al que le bastó su defensa y el trance anotador final de Jelínek y McFadden desde el 6,75 para tumbar a un Casademont Zaragoza que solo jugó bien un ratico y que volvió a tirar a la basura una oportunidad de oro para escalar en la clasificación y meterse de lleno en la pelea por los diez primeros puestos. Al equipo aragonés le faltó actitud al principio, acierto la mayoría del tiempo y un mayor empuje para poder superar a un rival que ni estaba en su mejor momento ni necesitó su mejor versión. El Casademont no solo da un paso al frente sino que otra vez deberá mirar por el retrovisor y no fiarse. 

La primera parte no fue nada buena. Ni en general, ni en particular de un Casademont Zaragoza que no salió a la pista como si se jugara algo, como si quisiera dar un salto en la clasificación. No lo pareció, desde luego, porque difícilmente pudo jugar peor el equipo aragonés. Sobre todo en ataque, donde los errores eran continuos con malos pases, pérdidas y lanzamientos pésimos. El UCAM Murcia tampoco estaba especialmente brillante, pero le valía una férrea defensa para desarmar a un inocente Casademont y que Pustovyi le comiera la tostada por dentro a un blando Hlinason para tomar las primeras ventajas en un duelo de baja anotación. El primer cuarto terminó 17-8 porque los locales acertaron desde el triple en la recta final. El Casademont firmó un 3/11 en tiros de dos y un 0/5 de tres.

No mejoró nada el segundo cuarto que, además, comenzó con la tercera falta de Aday Mara en apenas dos minutos en pista. Mekowulu tuvo que pasar al cinco. Pero el problema del Casademont no estaba ahí, sino en su falta de intensidad y, como consecuencia de ello, en un ataque lamentable por momentos. Así cualquiera puede ganar a este equipo, aunque no tenga su día más brillante. El UCAMMurcia no necesitó brillantez ni un gran acierto. Con su defensa le bastaba para frenar al conjunto aragonés y los puntos iban cayendo poco a poco.

Con diez puntos en quince minutos de juego a poco podía aspirar al Casademont. Pero dos minutos de agitación, provocados sobre todo por Ponitka, le dieron algo de aire al conjunto de Fisac, que no sabía cómo cambiar la dinámica de los suyos. Del 22-8 tras un parcial de 0-11 se pasó a un 28-21 tras el primer triple zaragozano, obra de Ponitka, que permitía al Casademont seguir en partido. Lo mejor que podía pasarle al conjunto aragonés tras una primera parte tan desastrosa. El 30-23 del descanso resume muy bien el caudal ofensivo de los primeros 20 minutos pero, al menos, dejaban la puerta abierta para el Casademont. Eso sí, cruzarla requería una actitud proactiva y radicalmente diferente a la de la primera parte.

La remontada

Los siete puntos de desventaja duraron un visto y no visto al inicio de un segundo tiempo al que el Casademont salió con otra cara. Con una mayor intensidad atrás y una mejora de los porcentajes ofensivos –porque empeorarlos era imposible– el equipo aragonés le dio la vuelta al marcador en apenas tres minutos (32-34) frente a un UCAM que seguía sin dar tampoco su mejor versión. Hlinason cometió la tercera falta pero entonces se vio su mejor versión, taponando, machacando e, incluso, asistiendo. También Yusta tuvo buenos minutos recuperando y produciendo en ataque. El partido era otro y el Casademont tenía opciones. Todo se iba a decidir en los últimos diez minutos (48-48).

Con las cuartas faltas de Hlinason y Aday Mara y el aumento de la intensidad defensiva local comenzó un último cuarto que cambió cuando Jelínek encontró el acierto. Tras fallar sus siete primeros intentos de tres, anotó tres consecutivos que no solo dieron aire a su equipo, sino que contagiaron al Casademont de ese juego rápido y de lanzamientos sin elaborar ni pensar del que salió perdiendo. Porque primero Jelínek y luego McFadden anotaron uno sí y otro también mientras los aragoneses iban con el gancho. En el concurso de triples final salió perdedor el Casademont que, de nuevo, dejó pasar una oportunidad de oro. Dando un paso adelante y otro atrás no se puede llegar muy lejos.