LA RESaCA ELECTORAL

Urriés, contra sus listas fantasmas

El cambio de concejo abierto a ayuntamiento altera el desarrollo político de este municipio de 40 habitantes | Los vecinos no entienden la entrada del PP y del PSOE con un solo voto

Los vecinos acuden habitualmente a todos los plenos.  | EL PERIÓDICO

Los vecinos acuden habitualmente a todos los plenos. | EL PERIÓDICO / sergio h. valgañón

Sergio H. Valgañón

Sergio H. Valgañón

«La DGA tiene la costumbre de hacer estos cambios automáticamente cuando el municipio supera los 40 habitantes», relata el propio Armando Soria, que lamenta que parar al Ejecutivo aragonés solo es posible «si hay una queja formal, pero es que nosotros ni nos enteramos». «Nos han dicho que no hay problema en volver al concejo abierto, pero hasta la siguiente legislatura nada», añade Soria, que lamenta que su municipio pierda una forma de gobierno «que estaba funcionando, que ha sido buena para el pueblo y en la que todos los vecinos se sentían implicados».

El análisis no sería tan malo si las otras dos candidatas, del PSOE y del PP, no fueran unas completas desconocidas para la población. «Nunca han aparecido por aquí, creemos que son de Zaragoza y en el pueblo no ha sentado bien que puedan entrar en el ayuntamiento», concreta Soria. La candidata popular y la socialista han recibido un solo voto cada una. Todo se agrava al ver que ellas no están empadronadas, por lo que el voto es de un vecino de Urriés. «Entiendo que es de alguien que no está conforme con la situación del pueblo y es totalmente lícito, por lo que ha marcado esas dos opciones», analiza el candidato de CHA.

¿Cómo se vota en este tipo de ayuntamientos? La papeleta muestra la necesidad de que el consistorio lo conformen tres concejales, pero cada candidatura solo presentaba uno, por lo que los vecinos podían marcar con varias cruces a varios de los candidatos. «Todo es por los plazos: si hubiéramos sabido que dejábamos de ser un concejo abierto, habríamos presentado tres candidatos en la lista de CHA y este problema no habría existido», comenta Soria, que fue el único miembro de su lista.

La crisis que puede deparar a Urriés no afecta solo a aquel que quiera hacerse con el cetro de alcalde, sino que puede deparar en una situación de colapso para todo el municipio. «Es evidente que me preocupa la elección del futuro alcalde, pero es muy posible que el pueblo se quede bloqueado con la entrada de estas dos candidatas en el ayuntamiento», relata Soria, que teme que estas dos posibles concejalas «no acudirán al pueblo, porque es lo que suele pasar con los candidatos de las listas fantasma, por lo que no estarán en los plenos ni en las votaciones que se hagan dentro del consistorio». ¿Qué supondría que dos concejalas no acudan a decidir? «Se complica todo y se bloquean las acciones más importantes, como los presupuestos, pero también la petición de subvenciones, que para municipios pequeños como el nuestro son fundamentales para seguir adelante».

Todo ello sumado a la situación de una comarca, las Cinco Villas, que como la gran mayoría de las regiones de la comunidad llegarán a conocer su gobierno a través de los pactos entre partidos. «Tendríamos que recurrir, pidiéndoselo, a que no recojan el acta, pero viendo cómo está todo en la comarca no tiene pinta de que sea algo sencillo».

Si finalmente consiguen en Urriés que estas dos concejalas recojan su acta, será responsabilidad de la DPZ colocar a dos personas para crear una gestora en la localidad. «Ellos nos preguntarían y los vecinos elegiríamos a otras dos personas, aparte de mí, para dirigir al pueblo», concluye Soria, que transmite que la voluntad de los vecinos es volver al concejo abierto: «Estamos orgullosos de lo que hemos hecho por el pueblo, seguir consiguiendo que todos los vecinos participen y seguir haciendo cosas buenas por Urriés».