LAS CAUSAS DEL FENÓMENO QUE ASOMBRA EN ESPAÑA

¿Qué se esconde detrás del 'boom' de las letras aragonesas?

Los escritores de la comunidad analizan el motivo de que se viva actualmente una Edad de oro

Luz Gabás cuando recibió el Premio Planeta el pasado mes de octubre en Barcelona.

Luz Gabás cuando recibió el Premio Planeta el pasado mes de octubre en Barcelona. / EL PERIÓDICO

Daniel Monserrat

Daniel Monserrat

"Nada en la vida y, mucho menos en el arte, es casual, no puede serlo". Así de contundente se muestra Juan Bolea (Premio de las letras aragonesas 2018) cuando se le pregunta sobre el gran momento por el que atraviesa la literatura de la comunidad que, además del reconocimiento nacional, acaban de ganar el Premio Planeta de la mano de Luz Gabás, y el Nadal con Manuel Vilas. Un hito histórico. "Si de pronto se habla de una Edad de oro de la literatura aragonesa, es porque antes hubo una de plata, antes una de bronce y antes muy poca cosa", dice con rotundidad el propio Bolea. Algo en lo que también coinciden otras voces como Javier Sierra, Daniel Gascón y la propia Luz Gabás, que tienen claro que este momento es fruto también de todas las generaciones que han venido por detrás. "Nada es automático, pero tampoco nada es del todo casual", explica Daniel Gascón.

A los de Luz Gabás y Manuel Vilas se pueden añadir tranquilamente nombres como los de Ignacio Martínez de Pisón, Juan Bolea, José Luis Corral, Irene Vallejo, Ana Alcolea, Soledad Puértolas, Sergio del Molino, Irene Vallejo, Patricia Esteban, Cristina Grande, Julio José Ordovás, Ismael Grasa... La lista es, ciertamente, inagotable.

"Un elixir que se destila gota a gota"

"La literatura es un elixir que se destila gota a gota. Y todas son importantes. Cada autor encierra un mundo propio y si no es fácil que cualquiera esos mundos brille y atrape lectores, aún lo es menos que varios de esos mundos fulgurantes coincidan en el tiempo y se alineen sobre un territorio tan despoblado como el aragonés", explica Javier Sierra, que busca una posible causa de este fenómenos: "Durante décadas nos hemos acostumbrado a que la literatura brotara desde Madrid o Barcelona, pero las grandes ciudades están cada vez más llenas de ruido, de interferencias, de distracciones, y esto es el peor enemigo de los que escribimos". Algo a lo que contrapone la vida en nuestra comunidad: "El silencio aragonés (como el gallego lo fue antes, a finales del XIX, con Rosalía, Pardo Bazán, Castelao, Valle...) se ha convertido ahora en virtud para los creadores literarios y sus frutos se ven por doquier. Hay un gran talento en ese silencio, uno que desea expresarse y lo hace con un gran dominio de la lengua española", afirma.

"El silencio aragonés se ha convertido ahora en virtud para los creadores literarios y sus frutos se ven por doquier"

Luz Gabás, cuando ganó el Premio Planeta, ya lo tenía muy claro. Y es que cree "que tenemos una sensibilidad especial por un lado y por otro una gran tenacidad. La combinación de ambas cosas consigue que cumplamos los objetivos que nos marcamos. Lo que sí puedo decir es que mi tierra ha condicionado mi forma de ver la vida y, por tanto, de escribir".

Características comunes

Aunque todos coinciden en que no se puede hablar de una escuela aragonesa, Juan Bolea sí cree en que hay rasgos comunes: "Somos muy diferentes en estilo, género, procedencia… pero todos tenemos una gran resistencia, disciplina y sacrificio. Nos ha costado mucho llegar a dónde estamos y somos una comunidad generosa que apoya y ayuda a la gente joven. Tenemos un espíritu hospitalario, altruista, cariñoso, que nos abre muchas puertas. En otros lugares no es así, ni te reciben así ni te dan tantas facilidades".

El barbastrense Manuel Vilas celebra su Premio Nadal.

El barbastrense Manuel Vilas celebra su Premio Nadal. / EL PERIÓDICO

Daniel Gascón, colaborador de este diario, va un paso más allá y habla del ecosistema que hay creado en Aragón: "Existe un gran tejido cultural en Aragón, hay lectores, editoriales, periódicos con espacios dedicados a la literatura y escritores. Y, a partir de ahí, hay casos de escritores que son de trayectorias muy diferentes, pero que muchas veces están relacionadas con esta realidad", explica el escritor, que ahonda en su pensamiento: "No descartaría como causa, además de un elemento de talento, otro de cabezonería. Y, por supuesto, la presencia de esos azares afortunados que por otra parte se producen cuando hay talento y trabajo. El azar solo no te sirve, tienes que haber hecho otras cosas como es el caso de Irene Vallejo".

"No descartaría como causa, además de un elemento de talento, otro de cabezonería"

De las estructuras y el ecosistema tampoco se quiere olvidar Juan Bolea que sabe lo que es empezar "desde cero, sin nada alrededor. Se ha ido trabajando con bibliotecas, libreros, editores, montando asociaciones de escritores, festivales, ferias del libro, el Centro del libro de Aragón también hizo un trabajo muy importante... Y siempre se ha hecho pensando en la difusión de las letras aragonesas, no en la proyección de un autor. Todo el mundo ha sido muy generoso para que estas tuviesen un reconocimiento que entonces no teníamos".

Cambio de mentalidad

También ha cambiado mucho esa mentalidad que se tenía de que no se podía escribir de Aragón para poder triunfar fuera de aquí. Algo que tiene muy claro Daniel Gascón: "Se pensaba que la literatura se tenía que hacer desde fuera y creo que eso ha cambiado. No solo los libros pueden ser muy buenos escritos en Aragón sino que se puede tener una buena proyección viviendo donde quieras. Lo mismo que también antes había una reticencia a que tus libros sucedieran en Huesca, Zaragoza o Teruel porque parecía que la literatura tenía que basarse en las grandes capitales. Ahora ya sabemos que no es verdad porque la literatura es como la vida y pasa en todas partes. Creo que eso ha sido un cambio también muy importante que ha contribuido a este fenómeno".

"La potencia de Aragón es el talento, aquí hay un talento especial, las grandes individuales que han hecho avanzar a Aragón eran talentos innatos"

Cambios que Juan Bolea también cree que están sucediendo merced al empuje de los propios escritores: "Aragón, por desgracia, no ha tenido a nivel nacional muy buena imagen porque se nos ha simplificado con un cliché grotesco y ridículo que no tiene nada que ver con la realidad y con el aragonés culto que sabe de sus raíces y su historia. Hay que eliminar ese cliché que ha machacado a los aragoneses de ese cazurro medio analfabeto. Hay que trabajar en el mundo artístico e intelectual con otra sensibilidad y en ese sentido dan muy buena imagen nuestros artistas y escritores, muy moderna y de un gran nivel intelectual y europeo", afirma Juan Bolea, antes de concluir con una frase que podría resumir a la comunidad: "La potencia de Aragón es el talento, aquí hay un talento especial, las grandes individuales que han hecho avanzar a Aragón eran talentos innatos, naturales, y si se les da apoyo, todo germinará mucho antes. No hay otro camino". 

EL FUTURO

"Es importante conectar con otras generaciones"

"Estoy convencido de que este momento de las letras aragonesas no ha hecho más que empezar... Creo que en algunos años hablaremos de generación aragonesa. Al tiempo". El escritor turolense Javier Sierra tiene claro que esto no ha hecho más que empezar y que el camino es el correcto. Algo que desea que siga sucediendo Juan Bolea: "Ojalá que esto tenga una continuidad, sería muy hermoso. Hay que aprovechar el momento para reforzar nuestras estructuras, ferias, editoriales, y la difusión que es el gran campo de batalla de Aragón". "Hace ya diez o quince años la gente ya decía ‘¿qué está pasando por Aragón?’. Jorge Herralde hablaba del Aragón Power y esto de ahora también es fruto de ese momento. Es importante conectar con otras generaciones, esa visibilidad es estimulante. Siempre hay trayectorias individuales pero también muchas veces el colectivo, las lecturas que compartes son muy importantes", afirma Daniel Gascón. Lo que sí parece que tienen claro todos es que "Aragón está donde está porque se lo ha ganado individualmente y colectivamente", tal y como concluye con rotundidad Juan Bolea. 

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