Esta noche, Lewis Hamilton estará muy probablemente en la elegante fiesta de Amber Lounge en Shanghái. A Fernando Alonso ni siquiera le invitan, saben que no irá. La F-1 quiere campeones que den juego para el show business, que se dejen ver y alternen con las celebridades. Y en ese perfil encaja más el inglés que el español. "Durante el año han sancionado a muchos pilotos, menos a uno. Parece que hay una mano negra que quiere que Hamilton sea campeón", ha dicho este fin de semana Felipe Massa.

Tampoco gustan los aburridos dominios de un piloto. Eso no va bien para un negocio que necesita caras nuevas. "Hamilton es un soplo de aire fresco para la fórmula 1", mantiene Bernie Ecclestone, el dueño del negocio. "No puedo recordar a nadie como él. Es una especie de milagro. Nos interesa un campeón como Lewis, él sí hará mucho por la F-1" añadió el multimillonario inglés.

Todos los pilotos, incluido Hamilton, esperaban que los comisarios le impusieran una sanción el viernes. "Estaba convencido de ello y por eso probé con mucha gasolina en previsión de salir atrás en la parrilla", confirmó. Pero no hubo tal sanción. Es más, la FIA ha reglamentado que, a partir de ahora, habrá sanción para quien actúe como él en Japón. También que no se puede alzar con la grúa un coche con piloto dentro como le sucedió en Nurburgring. Con Alonso, sin ir más lejos, pasó lo contrario. Dos veces sancionaron al bicampeón sin atenerse a ninguna norma y después la reglamentaron.

LA PERSONA INDICADA "Es obvio que Lewis es la persona indicada para ganar el campeonato del mundo", insiste Ecclestone: "De hecho, mi miedo principal es que no lo gane él. Kimi Raikkonen apenas habla con nadie y ha hecho poco por este deporte, y en cuanto a Fernando Alonso, en sus dos años como campeón del mundo no ha hecho nada".