No es la primera vez que Agapito Iglesias es capaz de decir dos cosas en una misma intervención que chocan, que parecen contrapuestas, o que por lo menos no muestran un mismo camino sobre sus intenciones. Bajo sospecha por lo que sucedió con Eduardo Bandrés o con Salvador Arenere, por un afán intervencionista más que arraigado en su forma de ser, el soriano sabía que se le iba a preguntar por el grado de libertad que Fernando Molinos iba a tener como nuevo presidente ejecutivo del club. Ni el zaragocismo, ni casi nadie, se fía de lo que dice el dueño, que ratificó los plenos poderes del nuevo gestor al tiempo que aseguró que él iba a "estar ahí, ayudando". Agapito amagó con ambas ideas. Habrá que ver, y eso solo el tiempo lo dirá, si su paso a un segundo plano es tan real como aseguran tanto él como el propio Molinos o se trata de una cortina de humo y el constructor sigue dispuesto a mover todos los hilos.

"Fernando Molinos tiene todos los poderes, absolutos, como el cargo de presidente así lo requiere. Y el apoyo, el que necesite. Tiene plena libertad, lo sabe y no habrá ningún problema. Se le tiene que dar tiempo y que a corto plazo pueda desarrollar lo que sabe, como ha hecho en el Espanyol", señaló Agapito Iglesias, que agradeció al nuevo presidente la decisión tomada al venir al Zaragoza y que confirmó que llevaba varios meses hablando con el exvicepresidente del Espanyol para convencerle.

Agapito repite, al final de cada temporada, las palabras reestructuración y modernización del Zaragoza. Este año, el calado de sus cambios parece mayor, también porque su margen de maniobra delante del zaragocismo ya es nulo. "En este proceso de modernización y de reestructuración yo estoy tomando evidentemente una posición activa, porque creo que como máximo accionista lo tengo que hacer. Y yo voy a estar ahí, ayudando", reseñó, para pedir el máximo apoyo de la afición, tanto para el propio Molinos como para "la gente que se va a incorporar al club o que ya se incorporó".

En marzo, mientras ya había empezado a hablar con Molinos para que llegara al club, Agapito ponía en venta su paquete accionarial con un comunicado en la web. Dos decisiones que tampoco casan en demasía. Ahora, recalca que su predisposición a irse continúa, otra cosa es que lo vaya a hacer. No parece tener la menor intención de ello, pese al unánime deseo del zaragocismo: "Esa posibilidad de vender el club existe, pero ahora no toca hablar de este asunto. Soy el primero y el último que ama al Zaragoza. Si entra alguien y quiere participar en el Zaragoza, yo siempre estaré abierto a que sea más de todos", recalcó.

EL PALCO Agapito, con pocas ganas de responder a preguntas, no quiso confirmar si volverá al palco de La Romareda, donde no acude desde finales del 2011. Como otras veces, se fue por las ramas en su respuesta: "Al palco iré a los partidos que me interese ir. Y, si estoy aquí, por supuesto que iré. Si estoy en Madrid, no. ¿Por qué no lo voy a hacer? De todas formas, tampoco tiene ninguna importancia", concluyó el máximo accionista.