En el Mobile World Congress (MWC) casi no se habla del presente. Lo importante es el futuro, y en casi todos los estands y presentaciones esa palabra, futuro, es usada en numerosas ocasiones. En esta edición del congreso, que ha comenzado este lunes, ese futuro es la conectividad: el 5G, la próxima generación de conexión móvil, es la que pilotará la cuarta revolución industrial, la de la internet de las cosas, donde todo estará conectado.

Aunque cada año en el MWC se presentan nuevos móviles y tendencias, si hay algo que no cambia es que el primer día de congreso es de afluencia masiva. Ello implica problemas de movilidad, que este año se han visto acrecentados por una huelga de Metro.

La movilidad de los datos (teléfonos, tabletas) ha sido sin embargo la protagonista tecnológica de la primera jornada del MWC. En boca de todos los presentes, dos caracteres: 5G. La quinta generación de tecnologías de telefonía móvil está llamada a cambiar el mundo actual, a provocar la "cuarta revolución industrial", como aseguró el comisario europeo de Economía y Sociedad Digital, Günther H. Oettinger.

"Hacer del 5G una realidad en Europa para el 2020 será esencial para el éxito y futuro de la economía", destacó el comisario en la presentación de un gran acuerdo con los líderes del sector europeos para impulsar esta tecnología a través de sectores estratégicos: la automoción, el transporte, la salud, la energía, la industria y los medios y entretenimiento digital. El objetivo es que para 2020 sea una realidad, no solo pruebas o demos.

Las ventajas del 5G son numerosas. Actualmente aún se está desplegando el 4G, con velocidades de descarga de hasta 200 megas (en laboratorio, unos 40 megas en la calle). Sin embargo, el 5G, que aún no ha explorado sus límites, ha alcanzado ya velocidades de descarga de 10 gigas por segundo. Para descargar una película, si con 4G se tarda 8 minutos, con 5G se tardarían menos de cinco segundos. Pero la carrera por el 5G no es una cuestión solo de la Unión Europea, sino mundial. Asia parece ir a la cabeza, y la región que se lleve el pez al agua puede salir muy reforzada de cara a futuro.

Porque el 5G no es solo velocidad de descarga, sino que transformará la economía y la sociedad: permitirá la integración de diversas tecnologías de conexión, y será básica para el desarrollo de la internet de las cosas, es decir, que todos los dispositivos se conecten entre sí y tomen decisiones de manera automática (por ejemplo, que un coche autónomo pueda comunicarse con el entorno y no chocar). Todas las grandes empresas del sector quieren liderar el cambio al 5G. "Será la sociedad gigabit", destacó el presidente de Vodafone, Vittorio Colao. Pero el 5G tiene algunos problemas: faltan estándares, acuerdos de industria, repartir el espectro, líderes claros. Hay muchos pactos: Ericsson y Telefónica han firmado un acuerdo global de colaboración para el desarrollo de tecnologías 5G, pero en Asia KT y SK Telecom (Corea), NTT Docomo (Japón), y Verizon (EEUU) acordaron un pacto similar. Corea quiere lanzar el 5G en los JJOO de invierno del 2018. No está claro quién será la vencedora de la carrera, pero sí que la internet de las cosas y el big data están llamados a cambiar el mundo.

Los coches conectados y autónomos se han convertido este año en un pilar del congreso de móviles con la presencia de marcas que trabajan en las nuevas tecnologías de la movilidad inteligente. Coches que conducen solos, que obedecen las órdenes de sus usuarios, sin espejos y convertidos en una prolongación del salón de casa o de la oficina. Esas son las tendencias convertidas en realidad en muchos casos que se pueden ver en el MWC de la mano de Ford, Nissan, la alianza de Ficosa y Panasonic, Seat, Bosch y Samsung entre muchas otras marcas. El presidente y consejero delegado de Ford, Mark Fields, presentó el nuevo Kuga en la feria tecnológica y anunció la llegada a Europa de la tercera generación del sistema de conexión del teléfono móvil con el coche Sync 3. "Hemos triplicado nuestra inversión en el coche autónomo y conectado", aseguró Fields ayer.