La lectura y los jóvenes

Hoy en día, los libros tradicionales tienen que luchar contra las redes sociales, contra todo un mundo excesivamente digitalizado. La lectura es la gran olvidada.

La tecnología predomina en prácticamente toda nuestra vida incluso en el mundo de la lectura la cual ha sufrido una transformación total. Muchas personas han decidido sustituir los libros convencionales por otros digitales. Todo aquello relacionado con tecnología llama la atención de la sociedad además de que es uno de los métodos más eficaces de acceder a cualquier tipo de libro de manera cómoda e inmediata.

Pero la lectura no sólo aporta cultura: existen informes que aseguran y corroboran que son muchas las ventajas de la lectura en los jóvenes. Sobre todo, es clave tanto para el desarrollo educativo, como para el personal y emocional del lector. Estimula la imaginación, la memoria y la función cerebral, ayudando a los jóvenes a desarrollar su cerebro para poder comprender y entender más y mejor. Esto es algo muy importante en la sociedad actual, con vertiginosos cambios que nos exigen un continuo aprendizaje. Uno de sus beneficios es la mejora de la comprensión lectora además de adquirir un rico vocabulario, contribuyendo al descenso de faltas ortográficas. En definitiva, nos hace más libres y seguros.

Además, también se ha demostrado que la lectura es una actividad tranquila que puede calmar el estrés y la ansiedad, enfermedades muy comunes hoy en día entre los jóvenes.

La falta de tiempo y motivación afectan a la lectura

Años atrás leer era mucho más común. Los niños estaban felices con su libro y no necesitaban nada más. Todo lo contrario a lo que sucede en la actualidad, la supuesta falta de tiempo, de interés y de motivación de la sociedad afecta al ámbito de la lectura. La gente prefiere quedar con sus amigos o ver una serie antes de leer un libro, ya que lo consideran aburrido o poco interesante. Por otro lado, la aparición de los dispositivos digitales ha contribuido a ese descenso. A primera vista las pantallas digitales son mucho más llamativas y aparentemente más divertidas, atrayendo la atención de los jóvenes. Su tiempo libre lo dedican a estar con el móvil y priorizan las relaciones sociales antes que la lectura.

Hay muchas estadísticas sobre el número de personas que en España leen de manera habitual y los resultados de las mismas nos parecen poco realistas, demasiado optimistas, como si la gente contestara para quedar bien. Sí queda claro que las mujeres leen más que los hombres en casi todos los tramos de edad y que cuanto mayor es el nivel de estudios finalizado, mayor es la proporción de lectores.

Quizá, la clave está en crear un hábito de lectura, donde leer sea un entretenimiento y un placer y se haga de forma libre y voluntaria y no como una obligación. Tarea difícil de conseguir, pero no imposible. ¡¡Debemos intentarlo!!