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Cine con acento aragonés: desde las aulas a los Goya

Aragón vuelve a triunfar en los premios del cine español con cuatro estatuillas que demuestran el talento que hay en la comunidad, con nuevos referentes femeninos y una fuerte apuesta por la educación

Rodaje de una película nominada a los Goya en tierras aragonesas.

Rodaje de una película nominada a los Goya en tierras aragonesas. / ÁNGEL DE CASTRO

Laura Rabanaque

Laura Rabanaque

La gala de los premios Goya que se celebró en Sevilla el pasado 11 de febrero tuvo un marcado acento aragonés. Desde el premio al mejor guion a Isabel Peña por As bestas, la película más laureada de la velada, hasta el Goya de Honor para el director oscense Carlos Saura fallecido el día de antes de la ceremonia, cuatro son las estatuillas que han viajado este año a tierras aragonesas.

Entre estas figuran también el premio a Mejor Documental para Labordeta, un hombre sin más, del realizador Gaizka Urresti (afincado en Zaragoza) y Paula Labordeta, y el logrado por la oscense Yasmina Praderas al Mejor Sonido, por su trabajo en la cinta de Rodrigo Sorogoyen (As bestas).

"Cada vez hay más representación aragonesa en los premios Goya. Cuantos más trabajos se hacen aquí, más probabilidades hay que alguien esté nominado, y siempre es un alegría que se lleven premios", explica Jesús Marco, presidente de la Academia del Cine Aragonés sobre el éxito de la comunidad en los premios más importantes del cine español.

Nueva generación de cineastas

Según Marco, el sector audiovisual aragonés atraviesa un momento “milagroso”, ya que a pesar de las dificultades económicas, cada vez más aragoneses se atreven a hacer largometrajes.

"Hasta hace diez años, se decía que Aragón era tierra de cine y vivíamos de viejas glorias como Luis Buñuel o Segundo de Chomón", detalla el presidente. No obstante, en esta última década han surgido una nueva generación de cineastas, "referentes actuales como Paula Ortiz o Pilar Palomero", directora zaragozana nominada este año al Goya a Mejor Película por La Maternal.

La directora Pilar Palomero, una de las nuevas referentes del cine aragonés.

La directora Pilar Palomero, una de las nuevas referentes del cine aragonés. / ÁNGEL DE CASTRO

Para Marco, "es curioso cómo son las mujeres aragonesas las que están marcando la pauta". Algo que cree que va con el pulso de los nuevos tiempos, como demuestra que en la pasada edición de los Premios Feroz, de las cinco nominadas a Mejor Película, cuatro estuvieran dirigidas por mujeres. "Estamos llegando a una normalidad que ojalá continúe", asevera el representante del cine aragonés, que añade que “el talento no tiene género”.

La educación, un pilar básico

Esta nueva hornada de cineastas aragonesas no es fruto de la casualidad y se debe, según el presidente, a la apuesta que desde hace tiempo se viene realizando desde las instituciones aragonesas por todo lo relacionado con el mundo del cine.

“Hay mucho talento aragonés porque tenemos unos pilares que son la educación, con centros donde se estudia cine y sale la gente muy bien preparada, y el apoyo de las administraciones, que se han dado cuenta de que el cine es cultura y que genera riqueza”.

En el primer caso, Marco hace referencia a centros educativos como el CPIFP Los Enlaces, el Centro de Tecnologías Avanzadas (CTA), la Escuela Municipal de Teatro de Zaragoza, la Universidad San Jorge con su Grado en Comunicación Audiovisual, o las FP de Sonido que pueden estudiarse en Huesca.

Alumnos de la Escuela Municipal de Teatro de Zaragoza.

Alumnos de la Escuela Municipal de Teatro de Zaragoza. / EL PERIÓDICO

Por ellos pasan cada año cientos de jóvenes que sueñan con abrirse paso en el mundo del cine, no solo en el campo de la interpretación, sino en los muchos oficios que engloba esta actividad.

Tierra de cinéfilos

Además, en Aragón se ruedan cada año cientos de películas, ya que la comunidad cuenta "con una gran diversidad paisajística" que le hace muy atractiva como plató de cine. También se realizan importantes festivales, de distintas temáticas, y se acogen entregas de premios como los Feroz o los Forqué, y todo lo que se hace tiene una gran expectación entre el público.

Según la última 'Encuesta de hábitos culturales' del Ministerio de Cultura, los aragoneses son los que más van al cine

Y es que además de tierra de cine y de grandes cineastas, Aragón es tierra de cinéfilos. Según la última encuesta de hábitos culturales del Ministerio de Cultura, los aragoneses son los que más van al cine. "En Aragón y en Zaragoza siempre ha habido una gran cantidad de salas de cine e ir al cine siempre ha sido un acto social, el más popular", señala el académico.

Cambios en la forma de consumo

Sin embargo, Marco asegura que las formas de consumir cine están cambiando, sobre todo entre la gente joven. "Ahora se ven muchas más películas en casa, gracias a las plataformas, lo que hace que se tengan que cerrar cines", explica.

Espectadores haciendo cola para entrar al cine en Zaragoza.

Espectadores haciendo cola para entrar al cine en Zaragoza. / JAIME GALINDO

Entre las medidas para atraer al público joven figuran iniciativas como la fiesta del cine, con entradas a precios muy asequibles, así como los descuentos habituales para la gente joven.

El presidente de la academia aragonesa reivindica el cine como actividad colectiva. "No es lo mismo esa comunión en una sala llena de gente que no conoces de nada, pero con la que te ríes y emocionas al unísono".

Y lo compara con ver un partido de fútbol por televisión y verlo en el estado. "No tiene nada que ver, esa emoción colectiva es una experiencia única", concluye. 

El cine como asignatura en las aulas

El mundo vive actualmente una gran revolución tecnológica con el auge de internet y las redes sociales. Los jóvenes son hoy los mayores consumidores de productos audiovisuales, sobre todo a través de las pantallas de sus móviles y ordenadores.

Estudiantes de un instituto de Teruel realizan un trabajo audiovisual para clase.

Estudiantes de un instituto de Teruel realizan un trabajo audiovisual para clase. / GOBIERNO DE ARAGÓN

Esto hace necesario, según Jesús Marco, una "educación audiovisual» de las nuevas generaciones, que les permita «dominar el lenguaje cinematográfico, el hablar y contar cosas con imágenes".

En Aragón existen experiencias de alfabetización audiovisual muy consolidadas como el programa ‘Un día de cine’ o los premios Cine y Salud del Gobierno de Aragón, dirigidas a centros educativos.

El cine para educar en valores

Pero Marco se muestra también partidario de introducir el cine en las aulas como una asignatura más. "Al igual que se enseñan otras artes, con sus distintos estilos y técnicas, lo mismo se puede hacer con el cine".

El representante del cine aragonés recuerda que, "desde que nació, el cine ha servido para pensar, reflexionar y transmitir valores". Es decir, no solo se puede educar para ver cine, sino que el cine también educa.

Consciente de ello, la academia aragonesa tiene entre manos la creación de un premio para centros educativos, que podría ser independiente o una nueva categoría dentro de los premios Simón, los galardones del cine aragonés.  

El futuro Premio Alba tomará el nombre de Alba Zarzuela, joven realizadora fallecida en 2018.