Carrera electoral 'atípica'

El PP diseña una campaña de "bermudas y chiringuitos" y menos mítines para el 23J

Génova ultima "actos y escenografías impensables" en otros momentos y lo habitual será ver a Feijóo en chiringuitos

Borja Sémper presenta el "verano azul" del PP para la campaña del 23 de julio en una playa ficticia en Madrid.

Borja Sémper presenta el "verano azul" del PP para la campaña del 23 de julio en una playa ficticia en Madrid. / Juan Barbosa

Paloma Esteban

En mitad del enredo que ha supuesto la política de pactos del PP y tras el portazo a Vox en Extremadura, Génova ultima el diseño de una campaña “atípica” para el 23 de julio. La fecha elegida por Pedro Sánchez, cuando decidió adelantar las generales tras el batacazo del PSOE el 28M en autonomías y ayuntamientos, causó preocupación entre los populares. Sobre todo, por la dificultad de mantener la que hasta ahora es su mayor baza: la movilización del electorado de la derecha. 

El principal objetivo del PP es, precisamente, que la participación no flaquee. El comité de campaña que encabezan Cuca Gamarra, Elías Bendodo y Miguel Tellado está preparando un esquema muy distinto al planteado en otras elecciones. Aunque habrá algún acto convencional, explican en Génova, la idea es una campaña con “escenografías diferentes”, “paseos por chiringuitos” y menos mítines multitudinarios.

“Tiene que haber más vestimenta de polo, bermudas y aperitivos en chiringuitos que actos de dos horas”, resumen en la sede nacional. La realidad es que las altas temperaturas en pleno mes de julio complican la idea de mítines tradicionales en las principales horas del día. Por el calor y por las vacaciones. Ni los actos se alargarán, ni los escenarios pueden ser a los que acostumbran los partidos políticos.

Los mensajes políticos también serán diferentes. La dificultad, según reconocen en el equipo de Alberto Núñez Feijóo, es combinar el principal lema del PP —“derogar el sanchismo” con ideas que asumen que no pueden ser catastrofistas, ni en lo económico ni tampoco en lo político. Criticarán la legislatura de Sánchez y sus alianzas, pero no esconden el temor a que un abuso de pesimismo puede actuar en su contra.

En este contexto se enmarca la imagen de Borja Sémper, portavoz electoral del PP, en un campo de voley playa de Madrid simulando estar en la costa. Daba continuidad a un ‘spot’ en el que los conservadores avanzaban la llegada del verano, coincidiendo precisamente con el 22 de junio. El vídeo del PP, grabado en la playa de Nerja, hace un llamamiento muy claro a la movilización el 23J aunque eso implique retrasar las vacaciones previstas o volver desde el lugar de veraneo a los domicilios habituales para acudir al colegio electoral. De hecho, no hay una sola mención al voto por correo.

Los mensajes que se intercambian los actores del vídeo son los que el PP repetirá sin parar: “El verano puede haberse estropeado. Pero tenemos la oportunidad de que Pedro Sánchez se vaya a su casa”. Y esa será, probablemente, la frase que más dirán los dirigentes conservadores en la campaña.

“Vamos a ver actos que nunca se han visto en otras campañas. Con 36 grados en Valencia, por ejemplo, hay que plantear cosas distintas”, insisten. El “verano azul” que promociona ahora el PP apelando a la mítica serie de Televisión Española que se estrenó en 1981 será el hilo conductor de las próximas semanas en la campaña popular. 

“Toca acompasar la campaña al momento”, dicen en el equipo de Feijóo. Además de actos de calle, el PP, igual que el PSOE, cuenta con unas semanas de muchas intervenciones en medios de comunicación y entrevistas como manera más sencilla de llegar al público general que, en su mayoría, estarán de vacaciones o cansados de la política tras un curso intenso. También se determinarán los debates la próxima semana. El PP asume un cara a cara con Sánchez y peleará por un debate a siete en el que estén también Vox, Sumar, ERC, PNV y Bildu.

Feijóo se desplazará por todo el territorio, pero también está previsto medir las visitas con una mayor precisión, aprovechando la cercanía de las pasadas elecciones autonómicas en las que el líder del PP se recorrió prácticamente todas las provincias. Algunos días concentraba viajes en tres distintas. Eso, explican, no será igual en julio porque el 28M se medían los candidato locales, mientras que ahora sólo lo hace él. Tendrán menos protagonismo los dirigentes territoriales y todo quedará más concentrado en Feijóo y en otras cabezas muy visibles. Que las intervenciones sean breves es otra de las decisiones tomadas.

Los pactos con Vox

La campaña del "verano azul" también coincide con días complicados para el PP, inmerso en los pactos con Vox por toda España. Y con sensaciones encontradas por los distintos discursos que mantienen en comunidades como la valenciana o Extremadura. Feijóo justificó la entrada en el gobierno de los ultra en el primer caso y no en el segundo por los resultados electorales. Pero apeló directamente al porcentaje de voto, señalando que Vox obtuvo más de un 12% en la Comunidad Valenciana y un 8% en Extremadura. En realidad, en la Región de Murcia, por ejemplo, los ultra rozaron el 18% del voto y el candidato del PP se quedó solo a dos diputados de la mayoría absoluta.

Génova reconduce ahora el debate de los porcentajes e insiste en que será la correlación de fuerzas lo que determine si Vox debe ocupar o no consejerías, y ministerios tras las generales. El PP trabaja con el escenario de que Feijóo conseguirá un gobierno en solitario. Y no se plantean en este momento otra cosa. De ahí, que refuercen la visión de

negándose en redondo a contar con Vox en su autonomía. Siguen insistiendo en que los distintos pactos "les centran" de cara a las generales y, sobre todo, "rompe el mantra de que solo pactamos con Vox".