Aragonès reúne al Govern de forma extraordinaria para abordar los acuerdos con el PSOE

El Govern lleva días prometiendo un férreo marcaje al PSOE para que cumpla con los acuerdos de investidura y, para darle la mayor solemnidad posible a esta determinación, el president Aragonès ha anunciado una reunión extraordinaria de su gabinete para este jueves. En esta reunión, fijada para las 15.30 horas, el ejecutivo catalán tomará "las primeras decisiones para el desarrollo de estos acuerdos", según ha explicado el propio president este miércoles en el Parlament. El pacto con el PSOE incluyó cuatro ámbitos: la amnistía, la reactivación de la mesa de diálogo, el traspaso de Rodalies y la condonación parcial de la deuda de la Generalitat.

Con esta reunión extraordinaria, Aragonès quiere simbolizar que empieza una "nueva etapa" en las relaciones de Cataluña con el resto del Estado. Una nueva etapa en la que Cataluña tiene que avanzar en la parte del 'procés' -amnistía y referéndum- y en la de las políticas del día a día -Rodalies y financiación-. "Hemos esperado tanto estos acuerdos [firmados con el PSOE] que no dejaremos pasar ni un minuto más para empezarlos a trabajar", ha expresado ante la cámara. Tras la reunión extraordinaria, el president comparecerá ante los medios.

Si quiere agotar su mandato como presidente de la Generalitat, que acaba en febrero de 2025, Aragonès tiene menos de dos años para acabar de implementar su 'obra' de Govern. Si lograra aplicar los acuerdos con el PSOE, podría exhibir la desjudicialización casi completa del 'procés' y, a la vez, el traspaso de una competencia de peso como es Rodalies y una mejora de la financiación autonómica. Esas sería unas buenas cartas para acudir a las nuevas elecciones, sobre todo ahora que el PSC ha tomado la delantera en las encuestas. De aquí, la importancia que le da a cumplir los acuerdos de investidura.

Fuentes de la Generalitat precisan que lo que hará el president este jueves en la reunión extraordinaria será encargar a sus consellers que se pongan a trabajar en las cuestiones más inmediatas de los acuerdos con el PSOE. Para poner un ejemplo: el Govern tiene que escoger en breve el nombre del comisionado que llevará el peso de la negociación con el ministerio de Transportes para el traspaso de Rodalies. También tiene pendiente decidir cómo quiere que sea su delegación a la primera reunió de la mesa de diálogo en esta nueva etapa. Uno de los objetivos al que presidente cada día da más importancia es a la financiación y este miércoles ha vuelto a hablar de la necesidad de tener un sistema "singular" para Cataluña.

Si Aragonès quiere agotar el mandato hasta el 2025 debe saber ya que la oposición en Cataluña no se lo pondrá fácil. Este jueves sus principales socios potenciales, la CUP, Junts y los Comuns, le han afeado el rumbo del Govern. Los anticapitalistas porque consideran que ha renunciado a un nuevo pulso por la independencia con el Estado; los posconvergentes por "dar la espalda al Parlament" y los Comuns por no renunciar a macroproyectos como el casino Hard Rock. El único que ha mostrado una "mano tendida" ha sido el PSC a través de Salvador Illa, pero Aragonès preferiría poder ahorrarse el apoyo de los socialistas para seguir gobernando.

Frente antiamnistía

La sesión del Parlament de este miércoles era la primera que se celebraba desde el registro en el Congreso de la ley de amnistía y ha servido para que se escenificara un frente Vox-PP-Cs en contra de la exoneración de las causas del 'procés'. Un frente que ha consistido, básicamente, en competir por quien decía la frase más contundente contra esta ley. El líder de Vox en la cámara, Ignacio Garriga, ha llegado a decir que "Cataluña se parece más a la Alemania nazi que a la Cataluña que fue".

Pero más allá de esta competición, también se ha visto como los tres partidos buscarán desgastar al PSC con este asunto más que al propio independentismo. Todos han formulado críticas contra Salvador Illa por la "indecencia" de los pactos de investidura del PSOE. El motivo es que tanto el PP, como Vox y Cs creen poder captar votantes de los socialistas potencialmente descontentos por sus pactos con Junts y ERC. Sin embargo, el último sondeo del órgano demoscópico de la Generalitat indica que el PSC no notaría este desgaste. Ni el de sus acuerdos con el independentismo, ni el de las invectivas de la derecha.