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Cada pabellón, un mundo

La Feria General de Zaragoza abrirá hasta el día 17 con más energía que nunca

Cada pabellón, un mundo

A veces, todo el ambiente festivo puede unirse bajo el mismo techo. Este es el caso de la Feria General de Zaragoza, conocida como Feria de Muestras, que este año alcanza su LXIV Edición, y con más fuerza que nunca. El lugar está preparado para todo tipo de públicos y el visitante sólo debe dejarse sorprender por los micromundos que se encierran bajo un total de siete pabellones.

Este año, el Pabellón 1 acoge los puestos de alimentación y bebidas, y los de productos de consumo. Aquí los olores evolucionan conforme andamos, mientras los acentos de los vendedores (gallegos, castellanos, riojanos...) explican los productos. Se puede degustar desde un queso de tetilla hasta chorizo de Salamanca. Luis, un pequeño de sólo 6 años, porta un bocadillo con pan de chapata, aceite y jamón, que le cubre casi media cabeza. "Luego no comerá, la culpa es de este", dice Carmina, su madre, mientras señala a su marido. Mientras tanto, sentados en una mesa, cinco jóvenes saborean una ración de pulpo. "Esto sí que es vida" dice uno de ellos mientras da un sorbo de cerveza y los amigos ríen cómplices.

Mientras tanto, en el número 2 se dispone el equipamiento para el hogar, peletería, ocio y tiempo libre. Aquí las compras y regalos se suceden. María y Pablo han comprado unos llaveros con sus apellidos para sus hijos. Por otro lado, Susana y Antonia, dos amigas de 50 años, prueban con placer los sillones de masajes. "Aquí me quedaba todo el día. Para mis problemas de espalda esto viene de perlas", dice Antonia. Ambas pasean solas por la Feria porque sus maridos se han quedado en el pabellón 8 (automóviles de ocasión, autocaravanas y la presencia de grandes marcas). "Ya les hemos dicho que dentro de tres horas en la cafetería del pabellón 6", aclara Susana mientras ríen sin parar.

Entramos en el Pabellón 3: Ministerio de Defensa Fuerzas Armadas Profesionales . Quizás este sea el lugar preferido por los más pequeños de la casa. Los niños se agolpan en las filas para subir al rocódromo o para ser lanzados por una especie de tirolina. Diego, de 9 años, muestra con orgullo a sus tíos el diploma que le han dado a la salida de un puesto.

Por otro lado, las instituciones, las comarcas de Aragón y la promoción turística encuentran su espacio de comunicación en los pabellones 4 y 5. Por aquí los sueños y los viajes se funden. Se pueden descubrir monumentos, paisajes y zonas maravillosas; son ventanas al mundo que nos rodea.

Y, si parecía que todo se había acabado, estábamos equivocados. El conocimiento tiene su lugar en el pabellón 6, el de las exposiciones. El Instituto de Biocomputación y Física de sistemas complejos realiza demostraciones al atento público; una increíble muestra sobre The Beatles deja boquiabiertos a todos los presentes; la Semana Santa zaragozana muestra su esplendor; la Escuela de Artes y Oficios celebra su centenario; el estudio de la meteorología tiene su espacio; los visitantes pueden viajar hasta Marte; y Des-Art muestra innovadoras obras de arte, algunas muy coloristas. Y, a su vez, la pista de hielo, con la cual colabora EL PERIODICO DE ARAGON, encuentra aquí su hueco y funcionará desde hoy. La Feria se convierte este año en una gran fiesta donde cada pabellón es un mundo.

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