Olga Pueyo no dudó en enfundarse la camiseta de la Marea Verde que simboliza el rechazo a los recortes en la educación pública y plantarse en la línea de saludos en la puerta del colegio público Joaquín Costa de Zaragoza. Quería "mostrar su preocupación y descontento" ante los ilustres visitantes y actores de los recortes, que el pasado lunes visitaban ese emblemático centro escolar. Eran el presidente del Congreso, Jesús Posada, la presidenta de Aragón, Luisa Fernanda Rudi, y su consejera de Educación, Dolores Serrat.

"Sabía que no íbamos a tener opción de exponerles nuestra opinión sobre los recortes, que amenazan seriamente todos los logros alcanzados en la educación durante años y que se están perdiendo en pocos meses, pero esperábamos que con ese gesto fueran conscientes de que muchos padres estamos preocupados", explica Olga, quien junto a otro padre, Carmelo, asistieron al acto con esa camiseta. "Posada tuvo el detalle, que no tuvo la presidenta, de tenderme la mano", indica.

Desde el Pignatelli se minimiza ese gesto. Afirman que los dos padres con la camiseta verde no estaban en la línea de saludo protocolaria. Además, y así ocurrió, indicaron que pudieron estar en el acto, aunque los servicios de seguridad intentaron que no entraran.

"Aproveché los saludos para ponerme al lado del director del colegio. Cuando llegó el presidente del Congreso, le dije que era una madre de un hijo del centro. Me saludó". Olga estuvo presente de pie durante todo el acto, luciendo la camiseta y bajo la discreta vigilancia de seguridad. "No queríamos reventar el acto, solo hacer pública nuestra preocupación, porque se están perdiendo programas de mucha calidad en la educación pública. Hay menos dinero y más solicitudes, porque sí entra la concertada. Todo ello va en detrimento de quien tiene menos recursos económicos", denuncia Olga. "Alguien de seguridad nos indicó que no podíamos entrar al acto. Gracias a Francisco Gago (director del colegio) pudimos acudir, puesto que les dijo que éramos padres de chicos del centro y teníamos que estar".

"La educación es el motor, lo más sagrado que podemos dar a nuestros hijos. Y tenemos que luchar por ello. Hay muchas otras cosas menos importantes donde recortar", sentencia.