La visita de los Reyes de España a la renovada colección del Museo Goya de Ibercaja dedicada al pintor aragonés no causó una gran expectación entre los zaragozanos, un interés que sí motivó en los numerosos medios de comunicación que se agolparon en la zona. De hecho, ni un centenar de personas se congregó en los aledaños de la calle Espoz y Mina para esperar a los Reyes. Eso sí, los que estuvieron, en su mayoría mujeres, se declararon "monárquicas" y "fieles a los Reyes".

"¿Cómo llegarán?", preguntó una señora que llevaba esperando una hora. "En coche hasta la puerta y ni saludarán, no se vayan a cansar", le contestó su amiga. Sus pronósticos fallaron. Don Felipe y doña Letizia se presentaron en el lugar a la una menos diez, minutos antes de lo previsto, después de inaugurar, en el palacio de la Aljafería, la exposición Fernando II de Aragón, el rey que imaginó España y la abrió a Europa.

Los Reyes descendieron del coche a unos cien metros de la puerta del museo y tuvieron la deferencia de acercarse a los curiosos que se apostaban detrás de las vallas. Así, hicieron un recorrido a pie para saludar a las decenas de personas que los recibieron a gritos de "¡Viva los Reyes!", a los que la muchedumbre respondía: "¡Viva!". Incluso se dejaron hacer selfies. Una manera cercana de vincularse con el público, al estilo de doña Sofía y don Juan Carlos en su visita a Cariñena en el año 2008, "donde recorrieron a pie toda la calle Mayor", recordó una cariñenense. Por el estado de salud de este también preguntaron a don Felipe a los que este contestó: "Todo bien".

Obsequios agasajos

Entre el público, un joven ejeano viajó a la capital aragonesa para entregarle al Rey unas cintas con la medida de la Virgen del Pilar. Pero lo que le quedó claro al Rey, sobre todos los agasajos, fue "lo guapo que es", a lo que la zaragozana María Pilar Ortiz añadió "lo guapas que son sus hijas". Piropo al que el Rey respondía con un escueto "gracias", decenas de veces repetido. Alguna señora se declaraba "fan" e incluso aseguró que "si fuera Bisbal o Ricky Martín aún me tiraría a darle dos besos". Otras mujeres se escondían entre la gente porque aseguraban que les daba "vergüenza" estar allí porque no tenían constancia de que los Reyes visitaban Zaragoza y se habían encontrado la situación "por sorpresa".

Mientras tanto, en la puerta del Museo Goya, la presidenta de Aragón, Luisa Fernanda Rudi; el presidente de Ibercaja, Amado Franco; y el director de la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País, Honorio Romero recibieron a los Reyes. Entre sus acompañantes, se encontraban personajes de la vida cultural y política de Aragón, y aunque la realeza acaparó todas las miradas, algunos zaragozanos aprovecharon para pedir más compromiso político ya que consideraron que "la mitad de los delegados podrían irse a su casa porque no hacen nada". De la misma manera, consideraron que "los Reyes han hecho como Rajoy, se han bajado del coche, han subido y se han ido", comparándolos con la visita del presidente a los pueblos afectados por la riada del Ebro.

La mayoría del público era aragonés pero también se pudieron ver turistas tarraconenses, como Sergio y Bryony, que expresaron que vieron a los Reyes "muy diferentes" a como aparecen en la televisión.

Las zaragozanas Carmen y Esther esperaron más de una hora a que salieran de su visita al museo, teniendo en cuenta que ya habían estado en la Aljafería, aunque allí poco pudieron ver, según aseguraron. A las 14 horas, los Reyes volvieron saludando a los presentes y se marcharon en el mismo coche. Hasta la próxima visita, cuando los zaragozanos podrán disfrutar de otros cinco minutos reales.