La reciente incorporación de un miembro del Gobierno de Aragón --el consejero Boné-- en el consejo de administración de Aguas de la Cuenca del Ebro (ACESA) puede ser un revulsivo para la ejecución de importantes infraestructuras que están pendientes en la comunidad, desde grandes obras de regulación a otras más pequeñas pasando por acometidas de agua y potabilizadoras, entre otras. Pero lo será en la medida que el Ministerio de Medio Ambiente dote a la sociedad de más y mejores presupuestos, porque en el proyecto de los PGE para 2005 ACESA parte con 53 millones de euros, nada menos que 147 menos que en el ejercicio anterior. El PSOE se ha comprometido a que al final de los debates presupuestarios la sociedad estatal de la Confederación Hidrográfica del Ebro llegará a los 193 millones de euros, pero de poco servirá el dinero si de antemano no se desatascan no se potencian o no se impulsan las obras que están pendientes.