HOGUERA DE MANZANAS

169 hogueras

Olga Bernad

Olga Bernad

Hace casi cuatro años, allá por febrero de 2020, comenzaron a arder estas Hogueras de manzanas por las que ha ido cayendo la vida todos los lunes de manera sistemática, como lo hace el calendario, y también de manera algo arbitraria, como lo es el devenir. Ha habido manzanas dulces y ácidas, literatura, política, decesos, celebraciones… Se acercó la pandemia, llegó y, aunque parecía imposible, la hemos olvidado.

Olvidaremos también todas las hogueras y todas las manzanas porque la vida es así, imparable, egoísta, impasiblemente olvidadiza. Sin embargo, se escribe con la esperanza no muy convencida de dejar pequeños rastros en el camino que nos permitan acaso desandarlo a través de la memoria. O al menos con la esperanza (menos convencida aún) de dejar en el pensamiento ajeno una pequeña luz, un matiz personal o una mirada distinta sobre las cosas comunes.

Espero que hayan disfrutado de estas pequeñas hogueras tanto como yo lo he hecho al escribirlas. Agradezco las muchas aportaciones de los lectores así como la libertad absoluta que EL PERIÓDICO DE ARAGÓN me ha concedido para expresarme. De momento, vamos a dejar de echar manzanas a la hoguera y este pequeño fuego quedará apagado, pero quería desearles lo mejor para este 2024 recién estrenado, que apunta maneras apasionantes e inquietantes a partes iguales.

Tal vez seamos mejores o tal vez las cosas nos venzan un poco más. En cualquier caso, que aquello a lo que ustedes llamen sueños, aunque sea en voz baja y desde dentro, se las arregle para encontrar su espacio en la realidad. Al menos en parte, aunque sea despacio. Que la vida sea amable en el sentido etimológico de la palabra. «Nunca se entiende un sueño más que cuando se quiere a un ser humano, despacio, muy despacio, y sin mucha esperanza» (Pedro Salinas dixit). En fin: en marcha.

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