Opinión | SALA DE MÁQUINAS

Oír a García Márquez

La novela póstuma de Gabriel García Márquez, En agosto nos vemos (Random House) deja un buen sabor en el paladar de los lectores, por su elevado nivel estético, pero también algunas dudas.

Y no porque el relato, con la extensión de una novela corta, no esté bien construido, que lo está, sino porque sus personajes adolecen de escasa profundidad, y porque en la comisión de sus actos no se ven, no se adivinan o no se entienden las causas de algunos de sus comportamientos básicos.

No es la primera vez que esa sensación de extremo barroquismo estético desprovisto de tensión psicológica me asalta como lector de la obra completa de García Márquez, que creo haber leído en su totalidad, pero, En agosto nos vemos, dicho y dichoso pie cojo de la narración me ha tranqueado más de la cuenta, por lo que comparto las dudas de aquellos que, durante todos estos años atrás, desde la muerte del Nobel colombiano, se resistían a dar a la imprenta esta novelita póstuma como su postrer testimonio literario.

En la parte buena, buenísima, hay que destacar, siempre, el estilo portentoso de ese genio de la musicalidad del lenguaje que es Gabriel García Márquez, aspecto en el que no ha tenido otros rivales que Miró, Darío o el propio Cervantes.

En sus manos, el castellano parece recién inventado porque descubre sonidos nuevos y maravillosos. La manera envolvente, atmosférica, con que Márquez describe los viajes de una mujer casada a la isla donde está enterrada su madre, y donde cada año, en la noche del aniversario de su muerte, será infiel a su marido, moverán al lector a una admiración profunda, trayéndole ecos de Cien años de soledad, de aquellos personajes de la saga de los Buendía descritos con adjetivos e imágenes que se grabaron en nuestra memoria y que ahora, leyendo con musical placer En agosto nos vemos, regresan para cerrar el círculo del llamado «realismo mágico» (aunque en más de una ocasión, el propio Gabo afirmase que él no hacía «realismo mágico», sino puro realismo, a secas).

Una última novela del gran García Márquez, que hay que leer, o más bien «oír».

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