La opinión de Sergio Pérez

Larra, Eugeni y las alas cortadas del Real Zaragoza

Al Zaragoza le faltó producción y continuidad en el fútbol, pero también profundidad, llegadas, juego por fuera y acierto en la definición en el área

Larrazabal se duele de un golpe sobre el césped de La Romareda en el partido ante el Mirandés.

Larrazabal se duele de un golpe sobre el césped de La Romareda en el partido ante el Mirandés. / ÁNGEL DE CASTRO

Sergio Pérez

Sergio Pérez

Frente al Mirandés, Juan Carlos Cordero vio por primera vez al Real Zaragoza con la mirada de quien va a ser el director deportivo del club hasta 2025, el futuro mediante. Vio el nuevo ejecutivo de la Sociedad Anónima lo que cualquier aficionado fiel viene observando en La Romareda a lo largo de toda esta temporada, plagada de valles de juego absolutamente desabridos, con momentos álgidos muy puntuales y algunas caídas de tensión importante.

Lo reconoció Fran Escribá en la rueda de prensa posterior al 0-0, que desinfló el globo de la ilusión que siempre genera la vuelta al estadio tras un parón vacacional. Al Zaragoza le faltó producción y continuidad en el fútbol. También careció de profundidad, llegadas, juego por fuera y acierto en la definición en el área. El primer partido de la segunda vuelta fue una síntesis de lo que, de manera general, había ocurrido en la primera. En la fría tarde del domingo aparecieron los mismos defectos que han anclado al equipo a la zona baja, de la que hizo un ademán de escapar con la llegada de Fran Escribá pero de la que no ha terminado de sacar la cabeza.

Después de ver el primer empate en casa, Cordero fue presentado este lunes. Dijo que una cosa es lo que le gustaría hacer ahora en enero y otra lo que puede hacer. En cualquier caso, tiene 23 días de mercado por delante para poner remedio a algunos de los males que afectan a la plantilla que ha heredado con el tren en marcha. El equipo está descompesado en posiciones específicas. Producto de ello, hay futbolistas que acaban jugando en lugares que van contra su propia naturaleza.

Contra el Mirandés volvió a quedar de manifiesto el problema que tiene el Real Zaragoza en sus alas. Desde su llegada, Escribá ha usado un 4-4-2 que ha dado vuelo, por ejemplo, a Francho o Zapater a pesar de que sigue echándose en falta un creador de verdadero nivel en el origen de la jugada, pero que aletea con muchas dificultades por los costados. El domingo formó Eugeni por la izquierda, un centrocampista de zonas interiores, y por el otro Larra, un extremo-lateral puro pero al que la suerte no le sonríe en La Romareda o a él no le está dando para alcanzarla. Sus centros son habitualmente de mala calidad, una tara que Gámez, Fuentes y Nieto tampoco están ayudando a solventar.

Cuando han estado disponibles ahí han formado habitualmente Bermejo por la derecha y Vada por la izquierda, un mediapunta natural y un medio llegador, respectivamente. El campo no se ensancha y las posibilidades de ganar se estrechan. A la plantilla le hacen falta muchas cosas para mejorarla, resortes que el club espera ajustar este próximo verano en profundidad. Mientras tanto le vendría bien este enero firmar a algún extremo que generara ventajas por fuera para que se beneficiaran los delanteros por dentro. Los que ya están y el que pudiera llegar.

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