La opinión de Sergio Pérez

Julio Velázquez y el reto de descifrar a 'Sinancico'

Julio Velázquez confirmó que Sinan Bakis volverá este lunes a una convocatoria si no hay ningún contratiempo de última hora. El entrenador podrá contar con una pieza de la que todavía no ha podido disponer: llegó pasado mitad de noviembre y el turco se lesionó tres semanas antes. Bakis es un jugador con un gran remate de cabeza y un disparo poderoso con las dos piernas que, eso sí, necesita que el balón le llegue en buenas condiciones al área o a sus cercanías. Esa es la principal clave que debe manejar Velázquez y que Fran Escribá no acertó a descifrar.

Bakis se lamenta de una ocasión fallada ante el Eibar.

Bakis se lamenta de una ocasión fallada ante el Eibar. / JAIME GALINDO

Sergio Pérez

Sergio Pérez

No todo iba a ser malo. En Twitter, ahora X y luego vaya usted a saber, una usuaria que escribe bajo el nombre de Azul y blanco junto a dos corazones, justamente de esos dos colores que les sonarán, y que ilustra su avatar con un escudo del Real Zaragoza ha acuñado esta temporada un nuevo nombre para Sinan Bakis, mitad una arraigada pasión zaragocista, mitad una graciosa pasión turca. Lo llama ‘Sinancico’, en una clara muestra de ternura y de genuino cariño aragonés hacia el delantero.

En la rueda de prensa previa al encuentro frente al Sporting, Julio Velázquez confirmó que tiene previsto que Bakis regrese este lunes a la convocatoria después de una larga ausencia de tres meses por una meniscopatía. El punta disputó su último partido a finales de octubre. Había jugado diez en total y sufrió este percance físico cuando había sido titular en nueve y su cuenta realizadora todavía no se había estrenado, un evidente problema para quien vive fundamentalmente de marcar goles.

Sinan fue el fichaje estrella de Juan Carlos Cordero el pasado verano, el más rutilante de una larga lista de incorporaciones. El director deportivo le firmó un contrato de tres temporadas, hasta junio de 2026, prueba inequívoca de su confianza en sus posibilidades y en una operación de un importante coste económico. Bakis venía de hacer doce tantos con el Andorra, uno de los equipos revelación de la temporada pasada. Concluyó séptimo y reunió a futbolistas de talla como Mika Mármol, Altimira, Marc Aguado, Valera o el propio Bakis.

De manera frustrante, porque buscarlo lo buscó pero no lo consiguió, el Real Zaragoza terminó el mercado de enero (queda abierto el del paro) sin firmar un atacante. Justo después de que se bajara la ventana invernal, Sinan regresará a una citación si no hay ningún contratiempo de última hora. En estas 24 jornadas, el equipo ha acusado una notable falta de gol, tanto en número (24) como en capacidad para producir acciones de peligro que puedan acabar en gol. Muchas veces ha faltado generación de juego y ambición.

Ahora Julio Velázquez podrá contar con una pieza de la que todavía no ha podido disponer: llegó pasado mitad de noviembre y el turco se lesionó tres semanas antes. Una variante más y que tendrá que descifrar, algo que no consiguió Fran Escribá a pesar de que le usó casi siempre de titular. Aunque el problema parte de más atrás, de la querencia del equipo, de la gestación del juego y, por lo tanto, de la fabricación de las oportunidades, el entrenador contará ahora con otro arma.

Bakis es un jugador de físico poderoso, con un gran remate de cabeza y un disparo potente con las dos piernas que, eso sí, necesita que el balón le llegue en buenas condiciones al área o a sus cercanías. Esa es la principal clave que debe manejar Velázquez. De él se esperan goles, aunque nunca ha sido un punta de cifras brillantes: hizo doce en el Andorra y anteriormente en el Heracles holandés, diez y seis. En todos sus últimos años, ha sufrido otro hándicap: ha sido habitualmente titular pero ha jugado pocos partidos completos.

Cordero se echó en sus brazos porque creyó que estaba capacitado para llevar el peso realizador del Real Zaragoza. A falta de 18 jornadas, el equipo tiene un gran déficit de gol. Habrá que ver si Velázquez logra lo que no consiguió su predecesor, lo descodifica, el turco encuentra su lugar y empieza, por fin, a celebrar. El zaragocismo aún no le ha perdido la fe y, como Azul y blanco, espera su vuelta como un rayo de esperanza invernal.