El número del éxito da con Ramírez

Cerca de cumplir los 40 años, el canario Miguel Ángel Ramírez ha tenido que hacer un máster exterior para labrarse un sitio en el difícil mundo los banquillos en España, donde la oportunidad le llegó en el Sporting del grupo Orlegui hace ahora un año, para sustituir a Abelardo y con unos comienzos desalentadores que le colocaron bajo la sospecha de El Molinón, al que ya ha conquistado. Su Sporting, que este lunes visita al Real Zaragoza en La Romareda, sueña con el ascenso, vive en la zona alta y con solo una derrota en casa, la cosechada hace una semana ante el Racing de Ferrol, muestra su candidatura.

Aquí y ahora. La previa del Real Zaragoza-Sporting

Tras sus inicios en la cantera de Las Palmas no tuvo ninguna duda en irse a la Academia Aspira de Qatar con Roberto Olabe para trabajar en las categorías inferiores de cara al entonces lejano Mundial y, ya en 2018, marcharse a Ecuador, primero a la academia del Independiente del Valle y luego al primer equipo, para conquistar la Copa Sudamericana en 2019, en el club de una población de solo 75.000 habitantes, para, ya con su currículum engordado, pasar por el Internacional de Porto Alegre brasileño y el Charlotte de la MLS. Le faltaba mostrar su talento en España y Orlegi, que le tenía en el radar desde hace tiempo, apostó por él para el Sporting en enero del año pasado.

No fueron fáciles los inicios para Ramírez, que tuvo que cambiar su estilo, el fútbol de toque y de posesión, por una apuesta más competitiva, por formar un bloque más práctico, que compitiera mejor que su primer Sporting, que sufrió para sellar la permanencia el curso pasado y con solo 5 triunfos en los 19 partidos con el canario. El Molinón estaba muy lejos de tenerlo como un ídolo en el pasado verano, pero Orlegi redobló su fe y él rechazó regresar a Ecuador, al Barcelona, y el tiempo les ha dado la razón.

Un Sporting mejorado

Con la pretemporada por delante, con fichajes adecuados, como Hassan, Rubén Yáñez, el meta que Cordero quiso para el Zaragoza, Pasacanu o Rober Pier, recuperando la mejor versión de otros futbolistas que ya estaban (Méndez, Rivera o Cote) o manteniendo las de Insua, Campuzano Otero o Izquierdoz, el Sporting se ha ido revelando como un claro candidato a subir, con una fortaleza en casa que ha ido de más a menos como base, aunque también con un buen nivel a domicilio.

Ramírez, un entrenador muy cercano al grupo, que cuida las relaciones con sus jugadores y que sabe cómo llegar tanto a los titulares como a los menos habituales, tiene al Sporting con la idea de retornar a Primera, a la élite en la que el club asturiano ha estado 42 temporadas y que dejó en 2017.

Y es ambicioso. «No firmo el playoff. Si mejoramos el rendimiento de la primera vuelta tendremos un premio superior», aseguró en el parón, sabedor de las opciones de su equipo para seguir celebrando victorias al ritmo de «Quién le dio mi número al alcohol», de El Combo Dominicano, la canción favorita del técnico, la letra que atrona en el vestuario cuando este Sporting de Ramírez triunfa. Del alcohol no se sabe, pero el éxito sí parece que ha encontrado el número del técnico canario. Y por fin en España.  

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