Real Zaragoza

La destitución de Velázquez ya es oficial: uno más, uno menos

El pucelano deja el Real Zaragoza tras registrar el cuarto peor promedio de puntos tras Iván Martínez, Alcaraz y Baraja 

El equipo, al que cogió a 5 puntos del playoff y lo deja a 10, marcaría la salvación a dos del descenso en las 14 jornadas desde que llegó

Julio Velázquez grita durante el partido del sábado en Valladolid.

Julio Velázquez grita durante el partido del sábado en Valladolid. / CARLOS GIL-ROIG

Jorge Oto

Jorge Oto

Julio Velázquez ya ha dejado de ser el entrenador del Real Zaragoza y ya engrosar el amplio listado de técnicos que han pasado con mucha más pena que gloria por el banquillo zaragocista desde el último descenso. El pucelano pasa a ser un ejemplo más de la aterradora mediocridad que viene envolviendo al Zaragoza desde que dio con sus huesos en Segunda por última vez, hace once años. Pero, sobre todo, acentúa la errática elección de entrenadores durante este tiempo. Como lo fueron Idiakez, Carcedo, Baraja, Milla o Carreras, entre otros, Velázquez es el enésimo entrenador de autor que fracasa en un club que rara vez ha apostado a caballo ganador en el banquillo y en el que desde la dirección deportiva se ha venido apostando más por el gusto personal que por el perfil más necesario y conveniente para comenzar un proyecto o para tomar el relevo tras un tiro fallido.

El fracaso de Velázquez es el de Cordero, su gran valedor. El pucelano fue la apuesta personal del murciano para enderezar el rumbo de un equipo a la deriva. Su cuestionable hoja de servicios, su inexperiencia en ascensos y su desconocimiento de la idiosincrasia del Zaragoza no fueron obstáculo para que Cordero, tras no haber podido llevarlo al Tenerife, convenciera al Consejo de la idoneidad de incorporar a otro entrenador al que el club aragonés situaba ante la oportunidad de su vida.

Pero Velázquez deja al Zaragoza bastante peor de lo que estaba cuando él llegó. En estado de descomposición, el equipo aragonés ocupaba un puesto en la mitad de la tabla a cinco puntos del playoff cuando Velázquez tomó el mando. Ahora, la distancia con el sexto puesto se ha duplicado y ya está a once puntos, o lo que es lo mismo, pura utopía.

La diferencia con el descenso se mantiene más por deméritos de los demás que por las virtudes de un Zaragoza que no deja de dar pasos atrás.

Velázquez dejará un legado vacío como lo advierte un coeficiente de puntos logrados que es el cuarto peor desde el último descenso. Los 1,07 por partido igualan el registro de Carcedo, el elegido por Sanllehí nada más hacerse cargo de la dirección general, y solo superior a Baraja (un punto por encuentro), Lucas Alcaraz (0,63) e Iván Martínez (0,38).

Le involución del Zaragoza con Velázquez es evidente. Apenas 15 puntos de los 42 en disputa ha logrado retener el técnico pucelano, que no ha mejorado el rendimiento de ninguno de sus futbolistas y con el que, de hecho, ha empeorado la mayoría de ellos. Esos 15 puntos situarían al equipo aragonés a solo dos del descenso en una tabla clasificatoria de esas 14 jornadas en la que el sexto (Racing) estaría a siete puntos.

Pero la diferencia con el pozo podría ser incluso más reducida ya que Amorebieta y Andorra tienen un partido menos. El colista, que ha sumado 10 puntos en este tramo (tres de ellos en La Romareda ante el Zaragoza) debe jugar este lunes ante el Leganés, mientras que el cuadro del Principado (11 puntos en estas 14 jornadas) tiene pendiente de disputar el encuentro que fue aplazado en su día ante el Levante como consecuencia del incendio en un edificio que costó la vida a diez personas. Villarreal B y Albacete (13 puntos) completarían los cuatro últimos puestos de esa clasificación virtual en la que el Zaragoza de Velázquez, a once del ascenso directo, marcaría la salvación.