El banquillo del Zaragoza es el más caliente del fútbol profesional

Suena de fondo una marcha fúnebre para acompañar el baile macabro que mantiene unidos al Real Zaragoza y a la Segunda División desde hace once años. Incapaz de llevar a buen término la insoportable búsqueda de la salida del infierno, el club aragonés se dispone a afrontar el enésimo intento y para ello ha escogido al que más cerca ha estado del éxito. Llega Víctor Fernández con el objetivo primero de salvar el pellejo de un equipo que, una vez más, deambula sin rumbo por la categoría sin más aspiraciones ya que salir vivo del lío en que se ha metido para, la próxima campaña, acometer un nuevo intento de asalto. 

El aragonés es, de nuevo, el tercer ocupante de un banquillo de La Romareda por el que no paran de pasar inquilinos. Es la cuarta vez en las ocho últimas temporadas que se producen dos cambios de entrenador en una misma temporada. Ningún otro equipo de la actual categoría ha protagonizado semejante vaivén (el Burgos sí lo hizo de la 16-17 a la 19-20 pero siempre en Segunda B) y solo el Almería, actual colista de Primera División, ha acometido tantas variaciones en todo el fútbol profesional. Los andaluces, en todo caso, han llevado a cabo esos numerosos cambios en el banquillo entre la máxima categoría (esta campaña ya van por el cuarto técnico tras el anuncio, este miércoles, de la llegada de Pepe Mel para sustituir al destituido Garitano) y Segunda, categoría en la que se produjeron los otros tres triples saltos. El Zaragoza, en cambio, ha realizado todos esos movimientos siempre en Segunda y con el objetivo de no caer incluso más bajo.

Víctor llega tras el fiasco de Cordero en su apuesta personal por Julio Velázquez y después de que la robusta apuesta por Fran Escribá tampoco funcionara más allá de la ingente dosis de ilusión que trajo al zaragocismo el pleno de victorias en las cinco primeras jornadas de un curso que se fue torciendo poco a poco hasta quedar seriamente lisiado y profundamente masacrado.

Pero esos dos relevos en el banquillo no son una excepción, ya que también se acometieron anteriormente en la 20-21 (Baraja, Iván Martínez y JIM), en la 18-19 (Idiakez, Alcaraz y el propio Víctor Fernández en su primera operación rescate) y en la 16-17 (Milla, Agné y César Láinez).

Así que el Zaragoza es el equipo del fútbol español con el banquillo más caliente en los últimos años. Otros como Granada, Valencia, Sevilla, Alavés o Elche han llegado a tres campañas con un doble cambio de entrenador, pero solo el club aragonés y el Almería lo han hecho en la mitad de esos ocho últimos cursos, señal inequívoca de inestabilidad y problemas. De hecho, el Zaragoza afronta las doce últimas jornadas con el objetivo de escapar cuanto antes de un peligro conocido mientras que el Almería, virtualmente descendido a Segunda, todavía no ha sido capaz de ganar un solo partido tras haberse disputado ya 28 en la máxima categoría del fútbol español.

Con 18 entrenadores en la última década (también récord en el fútbol profesional), el banquillo del Zaragoza es una auténtica trituradora. De hecho, desde 2013 ningún técnico blanquillo ha aguantado más de un año y medio (JIM y el propio Víctor Fernández, que vuelve ahora a la carga). 

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